La mayoría de los perros son muy sensibles a los sonidos intensos. Las fiestas o los días de tormenta suelen generar una gran preocupación en las familias que tienen estas mascotas, pues empiezan a comportarse de manera extraña y, si no actuamos de la manera correcta, podemos estar interviniendo en la creación de una fobia.
Pero, ¿de dónde nace este miedo a los sonidos fuertes? Bien sabemos que los perros tienen un oído mucho más desarrollado que el de los humanos. Estos animales son capaces de percibir sonidos que a nosotros nos pasan desapercibidos. De este modo, un sonido fuerte para nosotros en escala es algo muy molesto para ellos.
Los canes, al igual que las personas, pueden sufrir ansiedad, miedo e, incluso, fobias, enfermedades que en algunos casos llegan a limitar mucho su calidad de vida.
Vamos a hablarte de cuáles son las causas, los efectos y cómo puedes solucionar el miedo a los ruidos de tu perro.
No obstante, hay perros que lidian muy bien con estas situaciones, y no necesariamente porque su oído esté estropeado, sino porque han sido habituados a estos ruidos desde pequeños o sus dueños han trabajado en este terreno para normalizarlo.
Hay que tener en cuenta que un perro también puede asustarse de los sonidos fuertes como el de los fuegos artificiales por una experiencia traumática sufrida con anterioridad. Si es así, no te preocupes, todas las situaciones pueden tratarse para lograr que nuestra mascota se habitúe a este tipo de sonidos.
Si no actuamos, el miedo puede convertirse en una fobia y esta puede derivar en un temor que se traduce en ansiedad o taquicardias que, en los casos más extremos, pueden ocasionar un paro cardiaco en la mascota.
Parece lógico pensar que, si nuestro perro tiene miedo, intentemos protegerlo mediante caricias y palabras tiernas. Esto es justo lo que los expertos recomiendan no hacer. Con esta actitud, tu mascota percibe que hay un peligro real del que le estamos protegiendo, cuando en realidad tenemos que hacerle entender que no pasa nada malo.
¿Qué debemos hacer? Primero, actuar con normalidad. Si puedes, reduce el impacto del ruido en el lugar (si estás en casa, cierra puertas y ventanas). Por otro lado, si este busca un escondite fruto del temor, no trates de sacarlo por la fuerza del mismo.
El canal de YouTube especializado en fauna, El Dodo, compartía estos días la experiencia de un husky siberiano que, huyendo del fuerte sonido de los fuegos artificiales y en busca de un refugio, se había perdido y llevaba tres días lejos de casa.
Atemorizado, se alejaba de aquellos que intentaban ayudarle y, con una de las patas delanteras dañada, buscaba un escondite a plena luz del día. La historia tiene un final feliz, pues la familia finalmente le encontró y pudo llevarlo a casa, pasando antes por el veterinario.
La fobia se puede superar con un trabajo constante que pasa por exponer poco a poco al perro a sonidos fuertes (grabaciones de vídeo pueden servir) y premiándole cuando logra tranquilizarse. No obstante, lo mejor siempre será consultarlo con un profesional y actuar en consecuencia.
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