Por eso, no debemos abandonar la búsqueda de emociones positivas que palien en un grado u otro todo lo nocivo que este virus está provocando en nuestro cuerpo y nuestra mente.
El secreto de permanecer en equilibrio es asegurarnos tomar dosis diarias de emociones positivas de la misma manera que alimentamos de forma saludable también nuestro cuerpo.
Hay cosas que cada día te hacen sentir bien pero ensimismados como estamos pasan desapercibidas. Por eso es necesario concretarlas, para advertirlas, sentirlas y disfrutarlas. Observarlas nos permitirá hacerlas tangibles y repetirlas de forma sucesiva para desencadenar en nosotros esa felicidad tan anhelada.
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Este ejercicio semanal te ayudará a regalarte de nuevo estas experiencias que desencadenarán en ti emociones positivas.
Si has tenido una semana aciaga y no eres capaz de encontrar algún momento de luz durante ese corto pasado, elabora una lista de palabras con connotaciones positivas que te apetezca practicar durante los próximos días.
Por ejemplo:
Lo que tu madre hace por tí, la ayuda que te ha prestado tu compañero de trabajo, el esfuerzo de tu hijo por arrancarte una sonrisa, por tener salud, por la palabra de cariño que recibiste de un amigo por whatsapp
Cuando escucho música me siento tranquilo, sereno, relajado, esa tarde se sofá y manta con un buen libro, esa copa de vino mientras preparas la cena, ese momento de irte a la cama sabiendo que hoy has hecho bien las cosas.
No la pierdas nunca: antes de un partido, por ver a un amigo del que llevas tiempo separado, por ese nuevo proyecto que tienes entre manos, por cada día vivido…