Los peores temores se han cumplido y a la espera de vacuna, con un incremento incontrolado de casos en las últimas semanas, ha llegado el otoño y con él los riesgos de sufrir los primeros catarros o la gripe estacional.
Y es que seguimos sin conocer con exactitud las diferencias entre el coronavirus, la gripe o el catarro común. Unas diferencias que si bien es cierto no son extremadamente notables entre dichas patologías, pueden ayudar a frenar el pánico de cara a no colapsar los servicios sanitarios.
Lo cierto es que es muy complicado diferenciar entre los síntomas de la Covid-19, la gripe o el resfriado. Es más, es casi imposible en los primeros momentos de la enfermedad precisamente cuando más contagia el enfermo. Por eso es tan importante identificar al principio de qué tipo de patología se trata.
Sí, es posible y entraña gran riesgo entre los colectivos más vulnerables, ya que la población de riesgo del SARS-CoV-2 es muy parecida a la del virus de la gripe.
Hay que evitar que un mismo paciente se contagie con ambos virus. Por eso, se ha adelantado este año el calendario de vacunación de la gripe.
Según un estudio publicado en la web medRxiv, el riesgo de fallecimiento se multiplica por dos entre los enfermos que se infectan con ambos virus frente a los que solo sufren coronavirus.
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Efectivamente cabe la posibilidad de contagiarse de la Covid-19 y gripe al mismo tiempo si las condiciones epidemiológicas lo permiten lo que complicaría bastante la recuperación del enfermo.