Lo eres si contestas “sí” a cualquiera de estas tres preguntas:
¿Estás pendiente de las necesidades de tu hijo de forma constante?
¿Te angustia el futuro de tu hijo?
¿Estas obsesionado con el rendimiento académico de tu hijo?
Pues si has hecho triplete, tu hijo y tú tenéis un problema
Una madre o padre helicóptero es aquella o aquel que sobrevuela constantemente sobre la vida de su hijo: le acompaña a una entrevista de trabajo, rellena solicitudes y formularios por él, está preocupado por satisfacer a todas horas sus necesidades, sus deseos y le angustia su futuro.
El término es muy popular en EEUU -donde uno de cada 10 estudiantes tiene este tipo de padres- y, como todo, de unos años a esta parte, el “fenómeno” ha llegado también a España.
Buena parte de culpa la tiene la permanente «crisis” que ha inmerso a las familias en una inseguridad por el futuro. La frase “nuestros hijos vivirán peor que sus padres” es un “mantra” que todo el mundo ha interiorizado. Y esto provoca miedo a un crecimiento de las desigualdades sociales, lo que influye en la perspectiva que los progenitores tienen de la educación: más permisiva o más estricta.
Los padres deciden si utilizan un estilo autoritario, persuasivo o permisivo en función de los costes y beneficios que les reporta cada uno. En los años 60 y 70, por ejemplo, se llevaba ser permisivo, entre otras cosas porque los trabajadores poco cualificados ganaban casi tanto como los cualificados y los padres podían permitirse fomentar la imaginación y la independencia de los niños frente a otros valores, como el trabajo puro y duro.
«Los últimos 30 años, por el contrario, se han caracterizado por una creciente desigualdad que se ha visto acompañada por el aumento de los rendimientos asociados a la educación. Los niños que no logran completar su educación ya no pueden aspirar a una vida de clase media y, en consecuencia, los padres han redoblado sus esfuerzos para asegurar el éxito de sus hijos», explica Fabrizio Zilibotti, catedrático de Macroeconomía y Economía Política de la Universidad de Zurich.
La crisis y la desigualdad económica hacen a los padres más controladores con sus hijos
Y es que la exigencia de los padres no siempre es bien trasladada y, en vez de acompañarles, les sustituye
Por eso, hay cada vez más madres/padres helicóptero, madres/padres apisonadora (que allanan el camino para que su hijo no tenga dificultades) y madres/padres guardaespaldas (que se convierten en la sombra de sus hijos para que nada ni nadie pueda dañarles).
Lo hacen con buena intención y con mucho cariño, pero, en ese afán por controlarlo todo, acaban anulando la independencia y la autonomía de los críos. Según los expertos, éste es «uno de los mayores errores en la educación de los hijos».
«Los niños con padres sobreprotectores desarrollan menos competencias emocionales y a la larga son más inseguros«, advierte la psicóloga Silvia Álava, autora del libro Queremos hijos felices.
«En cada momento del crecimiento de la persona, ésta debe pelear por sus propias batallas. Debemos darnos cuenta de que no ayudamos a nuestros hijos dándoles la solución, sino prestándoles el apoyo desde fuera. Si en la adolescencia los chicos no toman decisiones, nunca tomarán la iniciativa y esto producirá disfunciones sociales tremendas en todos los niveles«, sentencia José Antonio Marina.
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