El artista onubense sabe poner voz a las emociones que hoy nos inundan, y esta canción es ejemplo de que la música rompe todo tipo de barreras cuando entra en juego su principal fin: acompañar. Si a eso le añades que llega con un fin solidario detrás, el tema se convierte en único y especial.
Manuel Carrasco nos recibe desde su casa para hablarnos de este nacimiento en plena cuarentena y de otro muy especial, el de su hijo. Ambos han llegado en un momento complicado para el mundo y han llenado la vida del artista de nuevos retos. ¡Disfruta del encuentro!
El pequeño Manuel llegaba al mundo el pasado 10 de marzo, apenas un día antes de que se comenzara a recomendar el aislamiento a nivel nacional. La pareja vivió con incertidumbre esos primeros días, «no sabíamos si habíamos estado expuestos«, expresa el artista.
Afortunadamente, la familia está bien y en casa. No obstante, al intérprete de Qué bonito es querer le sigue resultando difícil soportar la situación. «No dejo de pensar en toda la gente que realmente lo está pasando mal y que está muriendo. Y en todos aquellos que están trabajando y ayudando para que lo llevemos de la mejor manera«, añade el mismo.
De esa preocupación y ganas de aportar su granito de arena a esta causa nace Prisión esperanza. Sin ser prevista, sin ser estudiada ni trabajada a fondo con grandes aparatos de sonido. Y quizá por eso es tan especial.
«Cuando grabas en un estudio lo haces con micros caros que pueden valer unos 5000 o 6000 euros. Esta canción la he grabado con un micro de 100 euros, lo que tenía«, expresa. Para su sorpresa, reconoce que se ha escuchado la voz «mejor que nunca», pero está seguro que es fruto de la situación.
«Es una canción que acompaña y que te saca de dentro muchas cosas. Tiene ese sentimiento que sobrevuela entre nosotros«, nos confiesa Manuel Carrasco.
Nosotros añadimos, es una canción llena de esperanza, la que el artista alberga para el mundo que quedará después de que todo esto pase. «Este drama nos ha puesto en nuestro sitio y nos va a hacer aprender. Yo soy optimista y creo que sí, que vamos a aprender a valorar las pequeñas cosas que antes pasaban de largo«, expresa.