Este jueves la OMS daba sus nuevas directrices sobre actividad física y comportamiento sedentario en las que expone que cualquier persona de cualquier edad y capacidad puede ser físicamente activo, al tiempo que afirma que si la población mundial fuera más activa se podrían evitar cinco millones de muertes al año.
El consejo es dedicar en adultos entre 150 y 300 minutos a la actividad aeróbica de moderada a vigorosa cada semana, esto incluye a personas con enfermedades crónicas y discapacidad y 60 minutos de media al día en el caso de niños y adolescentes.
Según las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud uno de cada cuatro adultos y cuatro de cada cinco adolescentes no realizan suficiente actividad física, lo que ocasiona un gasto de 45600 millones de euros en atención sanitaria directa a nivel mundial y 11800 millones de euros en pérdida de productividad.
Beneficios de la actividad física regular
La OMS señala que es clave para prevenir y controlar enfermedades cardiacas, diabetes tipo dos y el cáncer. Reduce además los síntomas de la depresión y la ansiedad y mejora la memoria y la salud del cerebro.
Grupos concretos
En el caso de las mujeres embarazadas aconsejan realizar una actividad física regular antes y después del parto.
En los mayores de 65 años la recomendación es hacer actividades que fomenten el equilibrio y la coordinación además del fortalecimiento muscular.
Y resalta los numerosos beneficios para la salud que tiene la realización de actividad física en personas con discapacidad.
Según declaraciones de Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, “La actividad física es fundamental para la salud y el bienestar, puede ayudar a agregar años a la vida y vida a los años”.
Además de señalar que toda actividad física es beneficiosa, puede mejorar la salud y el bienestar y puede integrarse en nuestro día a día (caminar, ir en bici, bailar o hacer las tareas domésticas).
Desde la organización resaltan la importancia de estar activo para nuestro cuerpo y mente y alienta a los países a adoptar las directrices mundiales para desarrollar políticas nacionales de salud en apoyo del plan de acción mundial sobre actividad física 2018-2030.
