Después de pedirle opinión a una oyente optimista con la situación, llegaba la pregunta incómoda y que muy pocos se atreven a responder: ¿Has cogido unos kilos de más en esta cuarentena?
No es el caso de esta mujer, cuya fuerza de voluntad le permite «controlarse» en cada una de sus comidas. «Si es que a mi se me ha abierto el apetito», se excusaba el Padre Montalvo, capaz de meterse una barra de pan entre pecho y espalda, sobre todo si hay un guiso de por medio.