Al Padre Montalvo se le acumulan los inconvenientes en esta última bromita fresquita; a sus problemas de oído ahora se suma que el coro no tiene memorizada la letra de su próxima canción.
Don Ceferino sabe que la educación es lo primero. Por esa razón, va a interesarse por la salud y por lo que está haciendo esta pobre atrevida que va a repetir hasta la saciedad que se había equivocado de número de teléfono.
Solo le ha faltado decirlo en diferentes idiomas porque en cuanto a tonos de voz… ¡Los ha probado todos! Como ya decíamos, la sordera del Padre Montalvo estaba provocando los gritos al otro lado del teléfono, aunque ni con esas conseguían ponerse de acuerdo.
Nuestro párroco seguía a lo suyo. A él le preocupaba el coro y la falta de ensayos y se lo haría saber unas cuantas veces a una atrevida que no va a tener el cuerpo como para cantar con él «Vamos A La Casa Del Señor». Tendrá que seguir buscando fieles…
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