La sociedad está cada vez más concienciada con la adopción animal y eso implica también ver más cruces de raza por las calles. Esto se debe en gran parte a que la mayoría de animales abandonados acaban apareándose con razas distintas a la suya, creando mezclas o los mal llamados «chuchos».
No obstante, cruzar razas es una realidad cada día más prominente en el negocio de los criaderos ya que muchos dueños se han cansado de las razas convencionales y buscan algo nuevo o práctico para sus necesidades.
Así nació la que para muchos es, actualmente, la raza de perro perfecta: el Labradoodle. Un cruce entre labrador y caniche que está ganando muchísima fama en el mundo canino.
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A estas alturas te estarás preguntando, más allá de que se trate de un perro monísimo, el por qué de esta moda y sobre todo, el origen de la misma.
Para ello nos tenemos que ir hasta Australia, donde hace unos años Wally Conron (criador de perros), se encontró en una disyuntiva importante.
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Una pareja necesitaba un perro guía pero a la vez, el marido tenía una fuerte alergia al pelo perruno. Fue entonces cuando Conron dio con la solución: mezclar a un labrador, el perro guía por excelencia, con un caniche estándar, cuyo pelaje es perfecto, no da alergia y no se cae. Así nació el Labradoodle.
Una raza que junta lo mejor de ambos universos, siendo inteligente, sociable, fiel e hipoalérgico.
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