¿No te ha pasado alguna vez que te has comido un filete de pollo más seco que una alpargata?
La calidad de la materia prima, el pollo en cuestión es importante, pero sin duda la ejecución del plato es la clave para que el resultado sea el mejor: un filete de pollo jugoso, con todo el sabor y la textura más delicada que puedas imaginar.
¡Nos ponemos manos a la obra y te enseñamos a cocinar el filete de pollo más sabroso del mundo!
Te harás con una estrella michelín ante tus invitados… resístete un poco antes de desvelarles el secreto.
¡Toma nota!
Hay dos supuestos: filete de pollo fresco o congelado. Si es de los primeros, sácalo una media hora antes de la nevera para que se atempere. Si es de los segundos, descongélalo la noche previa en el frigorífico y sácalo media hora antes para que coja temperatura ambiente.
1. Golpear los filetes de pollo justo antes de su cocinado. Con ello conseguirás que se rompan las fibras e igualarás el grosor par que se cocine de forma uniforme
2. No pinches constantemente el filete. Con ello cortarás la recirculación de los jugos naturales que se produce en su interior.
3. La sartén o parrilla debe de estar muy caliente para sellar la carne enseguida y que no pierda los jugos
5. Condiméntalos con sal y tus especias favoritas por ambos lados si quieres que tengan más sabor.
6. Da la vuelta al filete tan solo una vez. No es una noria
7. No aprietes la carne contra la sartén o parrilla, perderá toda su grasa
8. Una vez cocinado, deja reposar el filete unos cinco minutos en el plato.
¡Buen provecho!
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