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Supongo que os habréis dado cuenta de que hoy en día existen mil productos de uso diario que han sacado su versión 0% en azúcar, una versión que percibimos como la versión sana de este mismo, y obviamente lo compramos motivados por la idea de comer mejor.
No obstante, debo deciros que no siempre es así, es más, en muchas ocasiones, podemos ser engañados por sus propiedades que los hacen realmente menos saludables.
Sí, como estáis leyendo.
Inicialmente debemos saber que estos productos NO están libres de azúcares al 100%, un producto puede ser denominado “0%”, si contiene menos de 0,5 gramos de azúcar por cada 100 gramos o mililitros, lo que significa que sigue llevando azúcar, poca, pero la lleva.
Pero bueno, creo que lo mejor será explicarlo todo paso a paso para que lleguéis a vuestra propia conclusión.
Son glúcidos, elementos primordiales para el cuerpo compuestos por carbono, oxígeno e hidrógeno, ahora, en un español que entendamos todos, son sustancia orgánica sólida, blanca y soluble en agua, que constituye las reservas energéticas de las células, este ingrediente forma parte de la alimentación humana y es altamente conocido por su inconfundible sabor dulce.
Porque es indispensable para sobrevivir, nuestro cuerpo necesita un tipo de azúcar llamada glucosa. La glucosa es el principal combustible para el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso central.
Con la cantidad correcta de glucosa, las células pueden realizar sus funciones necesitaría diarias,
de hecho, cuando existe carencia de glucosa se dan efectos negativos en el cuerpo que afectan en la memoria, la capacidad de atención y el aprendizaje.
La proporción de azúcar al día no debe exceder al 5% de las kcal de la dieta diaria, esto vendría a significar menos de 25 g de azúcar diario según la OMS.
Nuestro organismo comienza a descomponerlo en moléculas más pequeñas con el fin de convertirlo en glucosa y así poder ser digerido, posterior a ello la glucosa se libera en el torrente sanguíneo y viaja para alimentar a cada célula. Es en ese momento cuando podemos ver la importancia de la participación de la insulina en este proceso, puesto que esta permite el acceso de la glucosa en las células, de no ser así, se podría dar la situación de una diabetes de tipo 2.
Cuando la ingesta es excesiva.
Tenemos que tener en cuenta que el azúcar es una sustancia potencialmente adictiva y puede llevarnos a desarrollar diabetes tipo 2, caries u obesidad, así como a las enfermedades asociadas a esta.
Lo dudo, ya que el azúcar está presente en muchos alimentos elaborados, por ejemplo: las conservas, mermeladas, refrescos, tomate frito, salsas y cereales refinados.
Sin olvidarnos de los postres tipo lácteos como los yogures, los flanes, o las natillas que en muchos casos llegan a contener incluso 30g de azúcar por envase.
Ojo: El alcohol también lleva azúcar, por lo que muchos se dan un atracón de azúcar los fines de semanas y no son consciente de ello.
Realmente nunca dejamos de comer azúcar, el azúcar está presente de mil formas en los alimentos, sin ir más lejos, los carbohidratos simples son azucares, estos tienen además la ventaja de reducir los picos de azúcar en sangre, porque liberan la glucosa paulatinamente y de forma prolongada. Por otra parte, y no menos importante, hay que tener en cuenta que, al comer frutas y verduras, (carbohidratos simples), añadidos positivamente el consumo de fibra, agua, vitaminas, minerales y antioxidantes.
Bien después de toda esta información es cuando os preguntaréis la pregunta del millón.
Porque cuando a un producto se le reduce la cantidad de azúcar para convertirlo en un super ventas dándole el subtítulo de 0%, pueden ocurrirle muchas cosas, entre ellas, la más frecuente es la de añadirles otros ingredientes que son considerados poco saludables, con el fin de que no pierda su parte palatable, es decir sabor y textura.
Por ejemplo: añadir más cantidad de grasas o harinas refinadas.
También puede ocurrir que inicialmente el producto tuviera un valor calórico muy elevado por su contenido en grasas, por lo tanto, engordar igualmente sin necesidad de añadirle nada.
Otro hecho es, que en muchos casos creemos que, al tener menos kcal, engorda menos y es más sano, luego inconscientemente hacemos un consumo abusivo de este producto, olvidado que la cantidad también importa.
La dieta es importante, y no se equilibra comprando productos 0% azúcar, pues de nada sirve consumirlos, si el resto de la ingesta lleva, por ejemplo, una excesiva cantidad de grasas saturadas.
Por lo que en definitiva, si dejamos de distraernos con el 0%, disminuimos en la dieta los productos procesados y aumentamos los alimentos naturales de elaboración sencilla, posiblemente podamos obtener un resultado óptimo y sano para nosotros.
Si queréis comprar estos productos sabiendo a que os atenéis, debéis comparar en las etiquetas el valor nutricional del mismo producto con y sin el subtítulo 0%, de esta manera veréis si realmente quitan el azúcar y ya, o si lo sustituyen por otros ingredientes.
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