Seguro que muchos ya lo habréis notado durante la última semana, en la que la subida de las temperaturas está provocando bajadas de tensión, sudores, agobios…
Por suerte, el ser humano siempre busca formas de adaptarse al medio, encontrando soluciones para cada situación.
Hoy, te daremos cinco trucos caseros que te ayudarán a dormir mejor en estas noches calurosas. Y no, no te hará falta usar aire acondicionado.
Sí, has leído bien. Si el fresquito no viene a mí, pues no queda otra que ir a por él. En este caso, por supuesto no estamos hablando de meter la almohada en el frigorífico o en el congelador.
Bastará con utilizar algún paquete fresco y meterlo en la funda de la almohada, hasta que tenga una temperatura agradable que nos alivie la sensación de bochorno.
Si nos damos un remojo con agua fresca antes de meternos en la cama, reduciremos algo nuestra temperatura corporal, ayudándonos a conciliar el sueño.
Seguro que lo has hecho alguna vez… ¡es un clásico!
Para evitar digestiones pesadas y la sobreproducción de calor por parte de nuestro cuerpo, existen platos frescos perfectos para la hora de cenar: yogur, gazpacho, ensaladas…
Además de estimular una mejor calidad de sueño, nos ayudarán a mantener la línea, ¡dos por uno!
A veces, el mejor ataque es una buena defensa. Puedes frenar la entrada de aire caliente en tu habitación de las siguientes maneras: colocando un ventilador dirigido hacia el exterior o mojando una sábana y colgándola de la ventana.
O directamente, no te pongas. Cuanta menos ropa, mejor se regulará la temperatura de nuestro cuerpo en las noches más cálidas.
No obstante, sigues teniendo la opción de ponerte ropa ligera, habiéndola humedecido previamente, sin empaparla.
¡Felices sueños!