La atracción de una parrilla de carne sobre unas brasas es inversamente proporcional a tu aumento de peso. El pelotazo que dio Georgie Dann con su canción La barbacoa sigue marcando tus veranos, pero no todo está perdido. Con estos consejos podrás disfrutar de todas las barbacoas que desees sin engordar.
No han de faltar la música y el humor, una grata compañía y todos los elementos que influyen en tu felicidad. Si quieres mantener la línea, fíjate en lo siguiente:
– Escoge carne magra. Sí, el chorizo y la morcilla son deliciosos, pero no saludables. Unos pinchitos de pollo, una pechuga de pavo a la brasa y cortes similares pueden permitirte disfrutar de igual forma y sin engordar.
– Apuesta por el pescado. Las sardinas o un buen lomo de salmón, por dar solo dos ejemplos, se adaptan muy bien a esta manera de cocinar. Además, aumentarás tu ingesta de Omega 3, con lo que lograrás bajar tu colesterol.
– Las verduras también tienen su sitio. El calabacín, los espárragos y las verduras con textura recia son idóneas para dorarlas a la parrilla y para conseguir resultados que te sorprenderán.
– Atención a los aperitivos. Si cuidas lo que pones sobre las brasas, pero no lo que comes antes estarás haciendo un pan como unas tortas. Escoge bien los entrantes, prepara una ensalada, aceitunas y encurtidos. Deja las patatas fritas de bolsa y los fritos en general para evitar ingerir calorías vacías de dudoso beneficio.
– La importancia de la bebida. Aunque no te lo creas, un cubata tiene 140 calorías y si se combina con un refresco azucarado hasta 300. Una lata de cerveza 105 y el clásico tinto de verano unas 120. Apúntate al agua fría y, como mucho, un chato de vino tinto para aprovechar sus antioxidantes.
¿Qué tipo de postre escoges para terminar una barbacoa? ¿Helado? ¿Una tarta? ¿Repostería variada de ayer y hoy? Recuerda que todo lo antedicho aporta unas 400 calorías. Es decir, entre una cosa y otra te vas a las 1500 calorías en una noche. Teniendo en cuenta que el cuerpo entra en modo descanso al caer el sol, el resultado es casi un atentado a tu metabolismo que no sabrá cómo digerir tanta grasa.
Apuesta siempre por la fruta, prepara macedonias o sorbetes de limón con hielo y sin azúcar. Recuerda que todo suma calorías por lo que, si llevas una cuenta saludable, conseguirás el mejor efecto posible: no engordar.
Ahora bien, pensarás, «¿voy a ir a una barbacoa a comer pollo?». Pues depende, si vas a una nada más, sueles llevar una dieta sana y haces ejercicio a diario, no hay ningún problema. Si tu dieta es un desastre, vas a tres barbacoas a la semana y comes como un león en la sabana africana pues ya sabrás por qué la ropa se te queda pequeña.
Como solemos decir, lo importante en temas de salud es encontrar el punto medio, el equilibrio y la forma de degustar la comida que te gusta, pero en raciones más pequeñas. No olvides que de lo que comes depende directamente tu salud. A menos grasas, carnes procesadas y similares, mejor salud.
Así que ya sabes. Organiza barbacoas más saludables, olvídate de comprar medio cerdo y asarlo a la brasa, deja a un lado los cubatas y disfruta del verano sin poner a prueba tu organismo. Te sorprenderás al sentirte más ligero al día siguiente y sin haber renunciado a la clásica barbacoa de las noches de verano.