¿Hay algo más bonito que una sonrisa? Sí, que sea una sonrisa bonita, porque las que destacan son esas que son sinceras por dentro y brillantes por fuera.
Si nos faltan dientes, los tenemos marrones o desordenados como las teclas de un piano viejo, la cosa cambia un poco. ¡Hey! Es una situación natural, en efecto, y una sonrisa es igualmente emocionante tengas la boca que tengas. Pero esto es como el cabello, que está más bonito cuidado y bien peinado, ¿verdad?
Tener los dientes blancos es, a veces, cuestión de genética. Pero, tengas como tengas la boca, la higiene siempre es importante: es imprescindible cepillarlos tres veces al día y utilizar cepillo interdental e hilo. Además, las visitas al dentista deben realizarse al menos una vez al año y, si de verdad lo que buscas es lucir una dentadura blanca y brillante, lo mejor será evitar todo lo que puedas el alcohol, el café y aquellas bebidas que manchan el esmalte.
Pero, ¡ojo! Que no son todo malas noticias. También existen alimentos que nos ayudan a mantener nuestros dientes en buen estado. Los básicos son la manzana, el pepino, la zanahoria y la pera.
En cuanto a tratamientos, el blanqueamiento es uno de los más eficaces si quieres tener una sonrisa radiante digna de un famoso en la alfombra roja. Pero no es barato y no todos podemos hacérnoslo con periodicidad, pues hay que tener en cuenta que pese a los buenos resultados que da, sus efectos no duran para siempre y hay que volver a hacérselo cada cierto tiempo.
Si no quieres recurrir a un blanqueamiento dental pero estás preocupado por el tono amarillo que han ido adquiriendo tus dientes en los últimos tiempos, puedes probar con estos remedios caseros. Eso sí, ten siempre cuidado con ellos y no olvides acudir a revisión médica de forma periódica. Estos pueden ayudar a mejorar el blanco de tus dientes pero no sustituyen en ningún caso a los consejos de un dentista profesional.
La fibra de manzanas, peras, zanahorias, apios y otros vegetales crujientes ayuda a limpiar los dientes. Puede servirte frotarlos con la cara interna de la cáscara del plátano. La parte blanca de la piel de la naranja también tiene efectos blanqueantes. Eso sí, no te excedas. Los componentes ácidos de la fruta estropean el esmalte. Después del tratamiento blanqueante, enjuaga bien la boca y cepíllate.
Es un clásico entre los remedios de la abuela. De hecho, es un ingrediente de muchas pastas de dientes blanqueadoras. Puedes hacer tu versión mojando bicarbonato en una taza con unas gotitas de agua. Aplícate esta pasta poniéndola en el cepillo de dientes. Eso sí, debes tener cuidado. El bicarbonato es un gran blanqueante, pero es abrasivo y puede dañar el esmalte. No recurras a este método más de una vez por quincena.
Este no te lo esperabas, ¿verdad? Puedes utilizarlo como blanqueante dental poniendo unas gotas en el cepillo de dientes junto con el dentífrico. Cepíllate como es habitual, pero no te pases. Al igual que los métodos anteriores, hay que hacerlo con mesura, ya que puede dañar al esmalte.
Uno de los remedios caseros de los que más se está hablando últimamente es el carbón activo. Este componente actúa sobre el esmalte eliminando manchas superficiales y puede ayudarnos en un momento determinado a mejorar la imagen de nuestra boca. Sin embargo, hay que tener en cuenta que no logra cambiar el color de la los dientes en su conjunto. Además, entraña un peligroso efecto secundario: desgasta el esmalte, dejando la pieza de color oscuro y, más tarde, amarillento.
En definitiva, los métodos naturales blanquearán tus dientes a corto plazo, pero debes usarlos con cuidado para evitar que, a la larga, el problema sea peor. ¿Lo mejor? Seguir las recomendaciones de salud dental que ya conoces para prevenir y mantener una sonrisa radiante y bonita.
Si por suerte, ya tienes unos dientes blancos y quieres evitar tener que blanquearlos en un futuro, es importante que tengas que en cuenta que el correcto cuidado de la higiene dental puede ayudarnos a evitar el coloreado y a reducir un poco el que ya tenemos.
Para tener una sonrisa blanca y brillante se agradece todo lo que sea ayudar a la dentadura a estar sana y limpia. Y lo mejor es que si ya la tienes, mantenerla es muy fácil sin recurrir al dentista. Puedes hacerlo con ingredientes de andar por casa y solo siguiendo estos sencillos consejos:
Ante todo debe estar la higiene. Si quieres evitar lo peor de ir al dentista, lo mejor es que sigas un estricto control de la salud bucal. Cepíllate a diario después de cada comida, usa el hilo dental y elimina bacterias con colutorio. Además, es imprescindible que no dejes pasar mucho tiempo entre la comida y el cepillado. Cuanto menos tiempo tengas los dientes sucios, más fácil será evitar manchas.
Si tus dientes se ponen amarillos con facilidad, lo mejor es que, para no tener que recurrir a un blanqueamiento, evites las sustancias que ensucian y estropean el esmalte. Los peores enemigos de los dientes blancos son, según el Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de Valencia, el vino (tanto el blanco como el tinto), el café, el té, las bebidas gaseosas, las azucaradas y las energéticas, las verduras de colores intensos como el pimiento rojo y las espinacas, los caramelos y la salsa de soja y el vinagre.
Aunque parezca una obviedad es importante recordar que el tabaco es el peor enemigo de los dientes blancos. Además de sus nefastas consecuencias para la salud, fumar también tiene consecuencias estéticas como provocar un intenso color amarillo en los dientes, así que si buscas una sonrisa blanca, tendrás que dejar el tabaco de lado.
Aunque no es un alimento, los expertos también recomiendan evitar los colutorios con clorhexidina si su uso no está ligado a una necesidad médica. Este componente, que se recomienda para evitar inflamaciones de las encías y tras las intervenciones quirúrgicas, si se aplica de forma continuada en los dientes puede provocar manchas.
Aunque esto sí te requiera acudir a un dentista, es importante que recuerdes que deberías hacerte una limpieza dental profesional una o dos veces al año. No hay mejor manera de prevenir las mayores manchas que impedir que se acumulen a lo grande.
En resumen, para tener unos dientes blancos sin salir de casa lo más importante es que aprendas a qué alimentos debes decir sí y de cuáles no debes abusar siempre teniendo en cuenta que lo mas recomendable es mantener una dieta sana y equilibrada en la que tengan cabida todo tipo de frutas y verduras.
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