No eran buenos tiempos para la pareja, pero tenían algo fundamental que les ayudó a superar el bache, y es el apoyo del otro. Así lo expresa el expolítico en su nuevo libro, Un ciudadano libre.
«Malú es la persona que mejor conocía lo que me venía rondando por la cabeza: el ‘plan b’, los discursos de dimisión que escribía en el móvil cuando volvía de algún viaje, el cansancio por tanta exposición pública…«, confiesa este.
El periodo de tiempo que va desde la campaña hasta la dimisión de Rivera no fue solo un momento de agitación profesional para este, sino también personal. Cada vez tenía menos tiempo para pasar con su hija Daniela, fruto de su anterior relación, y, para colmo, su relación con Malú estaba en el centro del ojo mediático.
A pesar de eso, el final de su etapa política fue un golpe duro para la pareja. «Según me confesó después (Malú), fue un momento difícil y doloroso. Sintió pena ante aquel final tan abrupto«, confesaba el ahora presidente del bufete Martínez-Echevarría & Rivera Abogados.
En resumen, el que fue líder de Ciudadanos revela que, «a pesar de haber vivido un año bonito e intenso en lo emocional familiar, también había sido un año duro en lo profesional» para ambos.
Tras esta etapa de turbulencias, Albert Rivera y Malú anunciaron en diciembre que se convertirían en padres bajo un lema: «Una vez más, gana el amor«. La relación entre ambos, dos figuras públicas con una gran relevancia en los medios, fue seguida con lupa por la prensa rosa.
Tanto es así, que Rivera ha denunciado públicamente el seguimiento de múltiples paparazzis desde que se hiciera pública su relación con la artista, los cuales incrementaron con el anuncio del embarazo.
«¿Es justo que en este país haya absoluta libertad para poder pisar la intimidad de otros?«, expresaba en su visita a El hormiguero la noche del martes, solicitando una regulación que proteja la intimidad de todos las personas, independientemente de si se trata de una figura pública o no.