No obstante, eso no significa que no pueda ocurrir antes, al contrario. Las últimas estadísticas indican que el actual ritmo de vida de la sociedad, sumado a factores de riesgo como la alimentación o el estrés podrían estar bajando el umbral habitual hacia población más joven.
Por eso hoy en el Día Mundial del Ictus, te contaremos algunas claves sobre cómo podemos prevenir esta enfermedad y cómo actuar en caso de que se produzca, tanto para nosotros como para alguna persona cercana.
Ante todo, el ictus es un infarto y como tal, se produce cuando uno o varios vasos sanguíneos se rompen al estar obstruidos o colapsados.
Eso ya nos da una gran pista y es que la mejor prevención para no sufrir ictus es llevar una vida saludable y tener un control periódico de nuestra tensión arterial.
A continuación, las principales pautas de prevención de la Federación Española de Daño Cerebral:
Ahora, ¿qué hacemos si nos ocurre a nosotros o a algún familiar/amigo? Lo primero es conocer las señales que indican que se está produciendo un ictus:
Si notas alguno de estos síntomas, tanto en ti como en otra persona, llama al 112 y di: «¡Ictus!», así sabrán cómo atenderte.
Hasta que lleguen los profesionales sanitarios, intenta dejar al paciente tumbado boca arriba con la cabeza apoyada en una almohada. En caso de quedarse inconsciente, comprueba si respira y coloca a la persona en posición lateral de seguridad.
Por último, recordar que si actúas rápido y te atienden rápidamente, la Federación Española del Ictus determina que la mayoría de casos pueden recuperarse casi por completo.