Es una realidad. El coronavirus ha puesto nuestras vidas patas arriba y ha cambiado por completo nuestro comportamiento en el mundo y en sociedad.
No obstante, el verano ha llegado con la misma intensidad de cada año y tratamos de hacer frente al calor con los métodos tradicionales que conocemos: aire acondicionado, ventilador, abanico… ¿no es así?
Bien, pues quizá en este atípico verano también debemos dejar aparcados algunos de estos elementos que nos ayudan a combatir el calor. Quizá debamos colocarlos en el rincón de los besos, los abrazos y las celebraciones multitudinarias hasta que la situación nos permita volver a recurrir a ellos.
Al parecer, los estudios que avanzan en las investigaciones sobre el comportamiento de la CoVid-19 han determinado que existe una amplia posibilidad de que las partículas de virus se puedan mantener en el aire en un periodo de hasta cuatro horas, y no caer al suelo directamente, como se pensaba en un principio.
Es por eso por lo que las miradas se han posado directamente en los abanicos y ventiladores. Estos métodos tradicionales para hacer frente al calor podrían suponer un peligro en el verano del coronavirus, pues su función de remover el aire del ambiente ayudaría a que las partículas se mantuvieran en la zona en cuestión y retrasaría el descenso de estas al suelo, favoreciendo así el contagio de otras que estén en el mismo lugar que un positivo de CoVid.
Muchos son los que se han preocupado por los aires acondicionados y los ventiladores. Estos aparatos, situados normalmente en las viviendas, suponen un riesgo mayor si se encuentran en espacios públicos que están cerrados, a excepción de los aires acondicionados con capacidad para filtrar el aire.
Los ventiladores, sin embargo, no tienen esa capacidad, sino que se limitan a remover el aire del ambiente, pero estos son menos frecuentes en lugares públicos.
Por eso, el mayor peligro es el de los abanicos. Debido a la gran disponibilidad y su fácil transporte, es fácil encontrarse a personas en sitios públicos tratando de mitigar el calor (intensificado por el uso de mascarilla) con un abanico.
Piensa antes de llevar contigo este elemento, asegúrate de que estás en un sitio al aire libre y no supone un peligro usarlo y, si aún así tienes dudas, déjalo en el cajón de casa hasta el verano que viene. ¡Mejor prevenir!
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