«Encontré esto en Instagram y me hizo reflexionar sobre el destino y hacia dónde queremos ir… Nunca digas nunca…«, manifestaba la colaboradora de El hormiguero en el pie de foto. En la imagen se puede ver un montaje con dos fotos, una mitad de su rostro cuando era pequeña y otra mitad de su rostro en la actualidad, mostrando cómo la ha tratado el paso del tiempo.
El montaje ha hecho reflexionar sobre la vida a la propia Pilar Rubio que, si bien acostumbra a compartir sus rutinas de deporte y su vida familiar, no es muy dada a abrirse emocionalmente en este terreno. Si bien su cambio físico no es muy llamativo (conserva su belleza natural y su espectacular mirada), sí que lo es el cambio que ha experimentado su vida desde entonces.
La vida nos va cambiando poco a poco y no somos capaces de observar la magnitud de los cambios hasta que los vemos en su conjunto, y quizá eso es lo que le ha ocurrido a Pilar Rubio al mirar la fotografía.
La influencer vive la Navidad de forma muy especial desde la llegada de sus hijos a su vida. Este año, a pesar de todo, la televisiva tiene mucho que agradecerle al 2020, pues este verano recibieron a Máximo Adriano, el pequeño de la familia.