«¡Se acabó la quimio! 8 sesiones y 4 meses entre pecho y espalda«, expresaba este junto a una foto en la que se le puede ver celebrando la gran noticia, ya que los linfomas que dañaban su organismo han desaparecido.
Las consecuencias que este tratamiento trae consigo no son todas color de rosa y, aunque lo sano es centrarse en que es un paso menos para superar la enfermedad, es inevitable hacer hincapié en las secuelas que deja, como la «pérdida de pelo, las venas de los brazos duras como bridas y cabeza de hipopótamo«, añadía Rovira en la publicación, sacando a relucir con ello su sentido del humor: «Si a alguien más le ha pasado, que me escriba, con cuatro que seamos organizamos un Tragabolas«.
El diagnóstico tras el tratamiento es favorable, según expresa el actor. No obstante, sus médicos prefieren ser precavidos y actuar con 18 sesiones de radio que ayudarían a evitar la reproducción de las células cancerosas en el organismo.
«A mediados de agosto este mal sueño habrá acabado y podré retomar de nuevo «la normalidad» si es que hay algo de normal ya en este mundo«, expresaba en la misma publicación Dani Rovira, simulando esta etapa con los niveles de un videojuego, del que le queda tan solo una última pantalla para pasárselo. ¡Eso ya está hecho!