La mentira, tema lanzado a finales del año pasado, nos sirvió como primer entrante. Una canción que denuncia esa vida sesgada que se muestra a través de las redes sociales, reivindicando así la naturalidad que nos acerca a las personas. Luego llegó Lo que me dé la gana, un tema potente que pone de manifiesto su parte más rockera, rebelándose ante todos mientras se rapa la cabeza o se tatúa un pene en el brazo.
Esta rebeldía, no obstante, corría el riesgo de tener sus detractores. Y así ha sido. Dani Martín ha recibido las sugerencias de algunos de sus seguidores que le pedían amablemente recuperar el rumbo de las canciones llenas de romanticismo y sensibilidad, véase Los charcos o Que se mueran de envidia, de su último trabajo discográfico, La montaña rusa.
Hoy me llegó este mensaje: Vuelve Dani! Me parece bien que hagas lo q te dé la gana, a los adolescentes les flipa la canción a los de tu edad y que te llevamos toda la vida siguiendo no. Este tipo de bobadas (tatuaje osceno) a los 25 vale a nuestra edad no. Sigue tu rumbo.
— Dani Martín (@_danielmartin_) February 5, 2020
«Toma las riendas y vuelve a ser tú (…) No dejes que el personaje se coma al verdadero Dani«, añadía el seguidor del artista, que al mismo tiempo aseguraba que se mostraría fiel e iría a tres de los cuatro conciertos que el madrileño tiene fechados en el WiZinck Center el próximo octubre.
no he venido a este mundo a agradar, ni a caer bien, hago lo que me sale, este disco me ha salido del corazón, el vídeo de LQMDLG me ha salido del corazón, tatuarme un pene me ha salido
— Dani Martín (@_danielmartin_) February 5, 2020
«Yo no soy perfecto, ni hago lo que los demás quieren, no he venido a este mundo a agradar, ni a caer bien«, expresaba el intérprete de Dieciocho como contestación al mensaje del seguidor. «Hago lo que me sale, este disco me ha salido del corazón, el vídeo de Lo que me dé la gana me ha salido del corazón, tatuarme un pene me ha salido del corazón«, añadía el mismo.
Un artista verdaderamente lo es cuando crea para sí, cuando coge lo que tiene dentro y compone con ello. De otra manera, más que un artista sería una máquina de fábrica que crea constantemente los mismos productos para que los demás hagan constantemente el mismo uso de él. Y esto definitivamente se aleja mucho de lo que es un verdadero artista.
Nos gusta este Dani Martín, y no porque sea diferente al que hemos conocido siempre, sino precisamente porque es el mismo de siempre. «Estoy donde me nace y soy el que quiero«, expresaba el artista en sus redes sociales, una clave esencial para dar rienda suelta a la creatividad.
Debemos valorar a un artista no solo por la expresión de su arte, sino por esa puerta que con cada canción nos abre hacia su mundo, a estancias que hacen que podamos conocerle mejor. Este es el Dani que queremos, y si mañana llega cantándonos rumbas porque así lo siente, le escucharemos con la misma emoción.
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