Hoy analizaremos las causas de estos efectos y te daremos las claves para proteger tu piel de esta amenaza tan cotidiana y numerosa.
En primera instancia tenemos las investigaciones del dermatólogo Bradley Bloom, quien descubrió gracias a su equipo que los radicales libres de la piel reaccionan a la luz de las bombillas eficientes y LED causando daño oxidativo.
Un daño que sería responsable según el estudio del envejecimiento atmosférico de la piel, con terribles consecuencias para nuestra dermis como sequedad, color apagado, arrugas, manchas y pérdida de elasticidad.
Históricamente estos riesgos estaban asociados a la exposición a la luz solar, cuando el ser humano solo estaba expuesto a los rayos ultravioleta durante el día. Ahora son muchas más horas de exposición y desde fuentes distintas.
No, los protectores solares no funcionan. La clave para protegerse de la luz visible estaría en el óxido de hierro, presente en muchos polvos y bases de maquillaje.
Otra opción serían los filtros solares ricos en antioxidantes. Según la dermatóloga Rita Linkner estos filtros «compensan el estrés oxidativo que viene con la luz visible, la luz infrarroja y la luz UV».
También os proponemos un remedio más práctico que residiría en disfrutar más de la luz natural durante nuestro tiempo libre, para así rebajar el efecto de las fuentes artificiales.
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