Lejía, amoniaco, vinagre, bicarbonato, alcohol, desatascadores, antigrasa… Desde que comenzó la crisis del Coronavirus seguro que no te falta ni uno de ellos en casa.
Pero ¡ojo! Ten mucho cuidado porque combinar estos productos o usarlos mal es peligroso.
Es lógico deducir que ahora que debemos tener cuidado extremo y desinfectar todo para evitar contagios lo mejor es mezclar varios productos de limpieza. Ya te decimos que descartes la idea y vayas arrojando por el desagüe o el inodoro, esa pócima de Fierabrás que has creado con alcohol de quemar y amoniaco.
Cada producto de limpieza ha sido creado para un fin de específico. Y ¿eso qué quiere decir? Pues que no hay que inventar nada más porque lo único que podemos provocar es el efecto contrario. Que quede peor de lo que en un principio hubiésemos logrado.
Y es que algunas mezclas desactivan el efecto desinfectante o limpiador y lo peor, el olor que desprenden es altamente tóxico para nuestros pulmones. Es más, pueden ocasionar quemaduras en la piel, irritación en los ojos, diarreas y dolor abdominal, dolores de cabeza y en el peor de los casos, la muerte.
Importante: recuerda siempre que es recomendable que mientras limpias deberás ventilar la casa . Así lograrás evitar la concentración de gases en el aire. Esencial también es utilizar guantes para protegerla de cualquier lesión
La mezcla de ambos productos genera un gas llamado cloramina; muy tóxico, causa irritación, quemaduras y puede llegar a ser letal por los daños que causa en el aparato respiratorio.
La reacción de ambas sustancias puede formar compuestos cáusticos, como ácido clorhídrico o cloroformo.
Sí, algo aparentemente tan inocuo como el vinagre mezclado con agua oxigenada puede causar molestias e incluso dañar, piel, ojos y sistema respiratorio.
Utilízalo con mascarilla para recrear la erupción de un volcán del trabajo escolar que debe hacer tu hijo en casa. Y no se te ocurra guardar la mezcla. Si se almacena en un recipiente cerrado, puede explotar.
Genera unos vapores tóxicos que llegan a provocar quemaduras en los ojos y los pulmones.
Lo ideal es prevenir este tipo de accidentes, pero si por error o desconocimiento uno teme haberse intoxicado, el Instituto Nacional de Toxicología ofrece algunos consejos sobre el procedimiento a seguir:
Cuando se produce una ingestión de un producto de limpieza con tensioactivos/agentes espumógenos:
Cuando se produce la ingestión de una lejía:
Cuando se ingiere un cáustico:
Si se derrama un cáustico o un irritante sobre la piel:
Si se da una salpicadura sobre los ojos:
Si se inhalan vapores tóxicos:
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