Y no solo los mineros, sino las personas que trabajaban en la obra o tenían profesiones en las que tenían que hacer uso de la fuerza y, de alguna forma, rasgarse las vestiduras. Entonces, ¿por qué llevaban la prenda que uso yo para arreglarme? Quizá no ahora, pero entonces la tela vaquera era de las más fuertes que existían y ellos las hacían servir para trabajar porque conseguían que les duraran muchísimo… A ti no te duran tanto, y trabajas sentado en una silla. También tiene mucho que ver su color, que no es fruto del azar, sino que ese tono azul marino disimulaba mucho las manchas.
Te habrás fijado en que en el bolsillo derecho hay uno de un tamaño inferior que no sirve para prácticamente nada, ya que no da cabida. Pues, anteriormente, ahí se guardaba el reloj de bolsillo, sí, ese que actualmente apenas se ve. Por ello, el bolsillo ahora tiene una finalidad más decorativa para hacer un pacto con la estética que los pantalones vaqueros han tenido siempre.
Todo un detalle, pensarás, ojalá lo hicieran con todas las prendas de ropa que compro, que a veces las traigo a casa hechas una pena. Pero no, los vaqueros se someten a un lavado especial para tratar su tela de forma que, una vez los metas tan alegremente en la lavadora, no se encojan. Y esta vez no sería culpa de las Navidades, sino del propio fabricante. Si es que todo esta pensado al milímetro en esta prenda.
Cuando te dejas el móvil en la habitación cargando y vas al baño, tienes que tirar de inventiva y mirar todo lo que tienes alrededor. Como el champú te queda lejos, miras la cremallera del vaquero. ¡Anda! Toda la vida viendo las mismas siglas: YKK. ¿Esto qué será? Pues, imagínate, el inventor de la cremallera, Yoshida Kogyo Kabushikikaisha. Puedes tomártelo a broma pero es la fábrica que realiza el 90 % de las cremalleras del mundo, y por eso están en todos tus vaqueros. Un gran innovador, oye.
Pensarás en la originalidad de la persona que inventó los remaches de color cobre en los vaqueros, los culpables que hacen que la gente se enfade con nosotros cuando nos apoyamos sobre sus coches. Pues bien, su intención en un principio no era esa, sino cubrir esas zonas de los bordados que con frecuencia, debido al trabajo duro en el que eran usados, se deshilachaban y abrían con facilidad.
Si es que todo tiene una explicación en una prenda que vemos tan simple como unos pantalones vaqueros. Así que este es el momento de que, para investigarlos más a fondo, te acerques a tu tienda preferida y te hagas con un par.
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