Desde que se tiene registro, es la mayor caída de emisiones de CO2 en la nuestra historia. Una situación trágica y alarmante a nivel social que ha permitido respirar al planeta y a vivir episodios cuanto menos sorprendentes; imágenes de animales salvajes campando a sus anchas por las ciudades, por ejemplo.
Sin embargo, muchos expertos se aventuran a analizar qué beneficio real logramos con estas cifras, sobre todo a largo plazo cuando vuelva la normalidad y los niveles de contaminación -se supone-, igualen a los logrados antes de la cuarentena.
«El covid-19 de ninguna manera tiene un lado positivo para el medio ambiente», aseguraba Inger Anderse, directora del programa ambiental de la ONU, en declaraciones recogidas en BBC. Además de recalcar el «sufrimiento humano» al que nos hemos visto sometidos para lograr estos datos, recuerda que estos niveles de contaminación son solo «temporales«.
Este mismo medio lanzaba una pregunta al aire que os trasladamos: ¿Nos acercamos a un planeta más verde? Las caídas en el uso del carbón, de la energía, del transporte aéreo y el transporte terrestre animan a ello; sin embargo, hay algo que preocupa a las naciones mucho más que lo anterior; la caída también de su economía.