No obstante, esto supone un peligro de contagio si no se limpia y desinfecta la mascarilla como es debido.
En el mercado hay 3 tipos de mascarillas:
FFP1, que filtra al menos 78% de las partículas;
FFP2, que filtra al menos 92% de las partículas
FFP3, que filtra al menos 98% de las partículas.
Las dos últimas, la FFP2 y la FFP3, son precisamente las recomendables frente al Covid 19 para el personal sanitario y profesionales de emergencias, ya que sirven para evitar contagiar y contagiarse. Las FFP1 son las que podemos utilizar el resto de ciudadanos.
Pero antes de eso, es importante recordar que si las mascarillas que poseéis son quirúrgicas, éstas no pueden ser desinfectadas ni reutilizadas debido a la fragilidad de la malla que las recubre. Solo en caso de que pertenezca al tipo de 4 capas, se puede limpiar impregnándola de gel hidroalcohólico (10€ el medio litro), dejándola secar posteriormente durante 7 días.
En caso de que te hayas fabricado una mascarilla casera por la falta de producto homologado, éstas son las 5 pautas aprobadas por el Departamento de Salud de Estados Unidos:
Tras un día de uso, coloca la tela de tu mascarilla en una bolsa o en el cubo con el resto de la ropa sucia.
Para el lavado, 2 opciones: lavadora con detergente y agua caliente junto todo lo demás o lavado independiente depositando la mascarilla en agua hirviendo durante 30 minutos (añadiendo agua oxigenada o bicarbonato).
Para el secado: secadora a temperatura muy elevada.
Cuando la vuelvas a utilizar y antes de salir de casa, asegúrate de que queda bien ajustada porque ya no podrás volver a tocarte la cara.