European Journal of Clinical Nutrition, una de las revistas más importantes dedicadas al mundo de la nutrición acaba de publicar la conclusión a la que han llegado un grupo de expertos europeos respecto a la cantidad de huevos que podemos ingerir sin perjudicar nuestra salud.
Cuatro, como lo estás leyendo. Durante años hemos oído que no podíamos abusar de los huevos y ahora este estudio concluye que el consumo de huevo tiende más a ser protector que perjudicial.
En esta investigación internacional han participado expertos de universidades de seis países europeos, entre ellas la de Navarra.
El problema es que el huevo nunca se presenta solo en el plato sino acompañado de otros alimentos que no son tan saludables: beicon, patatas fritas o picadillo de chorizo. Y claro, así se convierte en una bomba para el colesterol.
Lo mejor del huevo es la yema porque es donde se concentra toda la vitamina pero su clara contiene un porcentaje altísimo de proteína excelente para alimentar a nuestros músculos.
El huevo tiene también otros micronutrientes con efectos beneficiosos, como funciones antioxidantes y antimicrobianas, además de ser muy versátil desde el punto de vista culinario y bajo coste para nuestros bolsillos.
INOVO ha publicado una útil infografía en la que dejan claro lo siguiente: no sacar los huevos del estuche mientras están en la nevera, además de otras recomendaciones.
Según sus estudios, la temperatura ideal para la conservación de los huevos es de entre 1 y 10ºC. Sin embargo cuando abrimos la nevera, la temperatura ambiente de nuestra cocina «calienta» momentáneamente los huevos que hay en la puerta, provocando desajustes térmicos al cerrar esta última.
Estos cambios bruscos pueden ser responsables de la aparición de microorganismos en los huevos debido a la condensación del agua, desencadenando más adelante un proceso de putrefacción.
A parte de las razones ya mencionadas, existe otro motivo para conservar los huevos en el estuche: la higiene. El proceso de manipularlos para colocarlos, sumado a la suciedad que pueda albergar nuestro frigorífico, podría repercutir negativamente en su estado de conservación.
Además si partimos de la suposición de que colocarlos en la huevera se hace para ahorrar sitio, todos podemos confirmar el hecho de que nunca podemos colocar su totalidad, dejando algunos dentro del estuche.
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