¿Quién no ha oído alguna vez la famosa frase «la cabeza es lo mejor de la gamba»? Hoy te destapamos los bulos alimenticios más entendidos en estas épocas navideñas, gracias al estudio realizado por IMF Business School, en el que denuncian la facilidad con la que amigos y familiares sueltan proclama nutricional «sin ninguna base científica».
De esta manera confirmamos que la Navidad no es todo luz, alegría y color… ¡también hay mentiras! Así que prepárate para desterrar información inservible, porque si vamos a comer rico, al menos hagámoslo con la ciencia de aliada.
Inauguramos el listado con una dulce realidad. Según un informe de la OCU (Organización de Consumidores), el turrón sin azúcar tiene un 11% de calorías e incluso más grasa, con una media extra de 4,5%. Eso sí, un 91% menos de azúcar.
¿De verdad compensa? Al final pasa lo de siempre, que rellenan el 0% azúcar con mucho por ciento de aditivos. ¡Nos gusta el turrón tradicional!
Un clásico de los hogares españoles. Salir a la zona del tendedero y ver un jamón tapado con su corteza. ¡Mal! Con eso lo único que se consigue es que el jamón no respire, cambiando su sabor. ¿Cómo conservarlo adecuadamente? Los expertos recomiendan ponerle un paño encima o adherir tiras finas de tocino, para evitar que se reseque, manteniendo la intensidad del sabor y la jugosidad en el tacto.
Las cabezas de las gambas y langostinos están buenas, negarlo es faltar a la verdad. Pero… ¡son peligrosas! Éstas contienen colesterol y cadmio, un metal pesado relacionado con la aparición de tumores cancerígenos. Además, las distribuidoras de marisco suelen añadirle sulfitos para que se mantengan frescos durante más tiempo, y estos se suelen concentrar en la cabeza.
Lo dicho, no pierdas la cabeza y vete a por el cuerpo.
¿Cuántos de nosotros y nosotras nos las habremos tragado sin querer? ¡Pues ningún problema! Al revés, las semillas de uva mejoran la circulación sanguínea y previenen enfermedades cardiovasculares. Además, fortalecen el sistema inmunológico gracias a sus vitaminas C y E, betacarotenos y polifenoles.
Vamos, que no hay mejor manera de acabar y empezar el año. Benditas uvas…
Cucharas puestas al revés dentro de botellas… ¡Error! No mantiene el frío ni las burbujas y además, queda raro, muy raro.
Así que ya sabes, para próximos cavas o champanes, bebe rápido y listo, más productivo.
Y para próximas Navidades, ¡que no te la cuelen! Disfrutemos de los manjares con placer e información a partes iguales, que engordar con ignorancia duele más.
¡Feliz entrada de año!
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