Por ello, las miradas se han dirigido estos últimos días al hospital Houston Methodist de Estados Unidos, en el que sus investigadores han recogido más de 5.000 secuencias de la COVID-19, entre las que se puede reconocer una alteración del virus que podría ser más contagioso que al que nos enfrentábamos el pasado marzo.
Así lo publicaba el diario The Washington Post y lo recogía la Cadena Ser este jueves, pues aunque no ha sido revisado por otros investigadores, pone sobre la mesa un asunto que preocupa a la comunidad científica y que es extensible a toda la población.
Esta investigación analiza la extensión del virus en Houston en sus dos oleadas: una primera que afectó más a las personas mayores, y una segunda que lo hizo con las personas más jóvenes. Un hecho muy similar a lo que ha ocurrido en nuestro país con el nuevo aumento de contagios en verano.
El descubrimiento fue que en la segunda oleada de contagios las personas afectadas por el virus tenían una carga viral mayor que era fácilmente identificable en la parte superior de las vías respiratorias. ¿Qué significa esto? Que el virus podría haber evolucionado en su mutación propagándose con mayor sencillez.
La investigación, en este terreno, no determina que el SARS-Cov-2 se haya convertido en un coronavirus más letal ni que su modo de actuación en el organismo haya cambiado, sino que podría ser más fácil contagiarse.