La toxicidad es una de las peores realidades en el amor, porque no son compatibles. Algo tóxico nos hace daño, y el amor hay que disfrutarlo, no llorarlo. Por lo tanto, cuando observes el mínimo detalle que haga de tu relación algo doloroso, ármate de valor y déjalo ir. Con el tiempo ya se verá si hay segundas oportunidades tras el cambio de la persona tóxica o no, pero por el momento, la única opción es terminar con esa situación.
Carlos llevaba 4 años y medio con su novia hasta que ella dejó la relación después de aguantar y luchar mucho por él. Carlos reconoce que durante la relación era una persona tóxica, que no valoraba a su pareja y que le daba igual todo. Ella estaba al 100% con él en todo, pero él mostraba indiferencia. Tras perderla se ha dado cuenta de lo que la quiere pero ya es demasiado tarde para recuperarla porque ella ha rehecho su vida. Ahora Carlos está en proceso de dejar esa toxicidad y aprender a valorar a las personas que lo quieran.