A veces llegan días en los que nos apetece escuchar canciones míticas pero no recordamos bien sus títulos. En ese momento, recurrimos al recuerdo fácil: los estribillos. Empezamos nuestra caza de clásicos.
Cuando parece que la victoria está cerca, la canción sigue sin aparecer. ¿Por qué ocurre esto? Puede que el nombre no se escogiese del todo bien, al menos desde el punto de vista comercial.
En la música española contemporánea, varios temas históricos han sufrido este curioso fenómeno: Sin Miedo a Nada, La Playa, Rutinas…
Hoy, ayudaremos a artistas como Alex Ubago o Chenoa a reescribir la historia sin perder la magia.
Un revienta-karaokes de manual. Un himno. Un temazo en toda regla. Sin Miedo a Nada de Álex Ubago llegó a nuestras vidas en el año 2003, dándole una nueva dimensión a las baladas del pop español.
Eso sí, Me muero por conocerte es su título por preferencia popular. ¡Hasta él lo admitió en La Resistencia!
En el año 2000, La Oreja de Van Gogh cumplió con su estribillo y nos escribió la canción más bonita del mundo.
Ahora, ¿por qué no aprovecharon ese precioso nombre? Nos encanta La Playa, en todas sus vertientes, pero el otro verso nos resulta más memorable.
¿Qué opináis?
Cuando hablamos de Rutinas, hablamos de una de las mejores canciones de la carrera de Chenoa. Tiene todo: sentimiento, dinamismo, verdad…
Nos parece una canción positiva que determina el final de una etapa de dolor. Sin embargo, «Rutinas» no nos inspira esa sensación.
De ahí nuestras dos opciones: Con Color o Sentirse Bien.
Esta canción puede ser de las más difíciles de encontrar si no se tiene un día inspirado. Sin duda, Tu Calorro es otro himno de nuestra cultura.
Esa tema que muestra toda la esencia flamenca de los hermanos Muñoz, a fuego, sin rodeos. Bueno sí, los que damos rumbeándola, como un veneno recorriendo todo el cuerpo.
Definitivamente, podría llamarse El Veneno.
En este último caso no hemos realizado ningún cambio significativo, tan solo un pequeño reajuste.
Hace más de dos décadas, un joven Alejandro Sanz nos hablaba de Ella, literalmente hablando, apareciendo más de quince veces en la letra de la canción.
¿Hacía falta añadir el «Y si fuera»? Sea como sea, es una maravilla de canción. Y de canciones, contando las anteriores. Al final, no es cómo se llamen, sino lo bien que nos hacen sentir.
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