El programa La isla de las tentaciones genera mucho debate. Cinco parejas ponen a prueba su relación conviviendo separados en villas llenas de solteros y solteras que serán grandes tentaciones para los participantes. Celos, traición, toxicidad y espectáculo son los ingredientes principales de cada una de las entregas.
Un formato muy criticado por una parte de la población y que, sin embargo, causa sensación en otra. Porque lo que es una realidad es que el programa es un éxito de audiencias que cada miércoles y domingo logra reunir a más de dos millones y medio de personas frente al televisor.
¿Puede afectar este espacio a nuestra manera de concebir las relaciones, o más bien ayudarnos a ver lo que está mal? Esta edición ha puesto el debate sobre la mesa, y es que las parejas caen con mucha facilidad en los roles de género que la sociedad generalmente acepta como propios de mujeres y hombres.
En una de las últimas charlas que en Cadena Dial tuvimos con Beatriz Luengo, quien estos días está en boca de todos tras haber lanzado la versión mujer de Hawái, el tema de Maluma, hablamos sobre cómo este programa puede, o bien ayudarnos a abrir los ojos, o a seguir validando un comportamiento que deberíamos erradicar.
«Hay mucho debate sobre si estos programas sí o si estos programas no. Al final todo depende del cristal con el que se mira«, expresa la artista que, a pesar de vivir en Miami, está al tanto del fenómeno televisivo.
Desde su posición, con su música, la madrileña busca cambiar el mundo y romper con los roles de géneros establecidos en los que a las mujeres «siempre se nos tilda de locas y celosas y ellos siempre necesitan el espacio«. Una situación que, reproducida en la vida real, puede llegar a ser muy peligrosa.
La intérprete de Caprichosa destaca al escritor e influencer Roy Galán como ejemplo del beneficio que se puede obtener de este tipo de programas. «Si es para analizar dónde estamos y lo que está mal de la información que estamos recibiendo y lo llevemos a las redes, pues entonces para mí el programa tiene una utilidad«, confiesa Beatriz Luengo.
El error sería asumir esos comportamientos como algo natural. En ese caso, «estamos reincidiendo en el tema de los roles«. Por eso la artista no puede evitar mirar el asunto con cierta preocupación pero al mismo tiempo alegría de que haya gente la misma lectura que el escritor.
Beatriz Luengo siempre presume de la preciosa familia que ha creado y de su relación con Yotuel, con quien comparte la vida desde hace más de 15 años y con quien tiene un hijo en común. «Una relación es un equipo, un compromiso, si no te comprometes pues ‘chao’, nadie te obliga«, valoraba la artista.
«Es egoísta entrar en un compromiso que a mi me somete a una serie de situaciones y a ti no, y cuando no te conviene yo estoy loca y soy una celosa«, añadía en relación a las situaciones que se viven en el programa de Telecinco.
Está claro que hay que dar no uno sino varios pasos hacia adelante en el tema de los roles de género. Ella ya hace años que lucha por cambiarlo en el ámbito musical, sobre todo en el género urbano.
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