En los últimos meses, parte de esa pasión se ha podido notar claramente en su buen tono físico, con una importante pérdida de peso y un machaque de ejercicio considerable. Ahora, nada es gratis, todo hay que sudarlo.
Tanto es así que el propio Orozco ha compartido un vídeo épico y cómico a la vez, en el que practica crossfit con las llamadas «battle ropes» (cuerdas de batalla), además de narrar su calvario por encima.
Todos lo hemos sentido, ¡te entendemos Antonio!
«Cuesta… cuesta mucho coño», eran las palabras del barcelonés, plenamente consciente de su sufrimiento.
Como dijo una vez Arnold Schwarzenegger: «Sin sacrificio no hay beneficio», y lo cierto es, que el beneficio se está notando en el cuerpo de Antonio Orozco, cada vez más fino.
Aunque más allá del físico, Orozco tiene una nueva energía con la que nos lleva iluminando desde hace tiempo, buscando #BuenasNoticias y viviendo el momento, como pudimos escuchar en Hoy, su último himno.
Entre esa renovación espiritual y su preparación digna de triatleta, todo parece indicar que el artista ha transitado hacia una nueva era de su vida, dispuesto a experimentar y a brindarnos sus mejores espectáculos cuando pase la pandemia.
Por el momento, sigue componiendo y trabajando en su 8vo álbum de estudio, tras unos años de pausa emocional, curando heridas y valorando el camino recorrido.
A veces es necesario. Con todo y con eso, su sonrisa no es negociable y hoy brilla más que nunca.
¡Ojalá más canciones pronto!