Después de haber grabado ocho álbumes y haber vivido prácticamente 20 años de profesión, el artista gallego se reinventa, se revoluciona, se descubre y se destapa. Dos años y medio después del lanzamiento de su anterior disco, Andrés vuelve con diez nuevas canciones bajo el brazo, diez joyas reunidas en un disco que se titula simplemente ‘Andrés Suárez’, un emocionante viaje por su universo musical y emocional, un antes y un después en la carrera de este joven apasionado.
El primer impacto sobreviene cuando se echa un vistazo a la portada del disco. Ahí Andrés se muestra por primera vez de frente y de perfil, mirando a cámara y, en resumen, dando la cara.
“No sé por qué no lo había hecho antes en las portadas de mis discos anteriores. Quizá porque soy bastante tímido, pero creo haber entendido que tenía que mostrarme como soy. Es lo que ha sucedido en este disco. Por si fuera poco, me he dado cuenta de que es la primera vez que después de terminar la grabación no cambiaría ni un solo acorde, ni un solo verso. Creo que he hecho lo mejor que podía hacer y no veas lo bien que se duerme después”, confiesa.
La portada del álbum muestra en cierta medida la dualidad de Andrés Suárez, risueño o serio, grave o jocoso, melancólico u optimista. “Soy ambas cosas”, reconoce Andrés sonriendo.
Tato Latorre y Toni Brunet han sido los productores del nuevo álbum, dos productores que trabajaron por separado, pero se complementaron a la perfección. Era la primera vez que Andrés Suárez afrontaba una situación así.
“Tato es modernista, con tendencia a lo electrónico-matiza-. Ha llevado mi música a lugares que yo nunca había imaginado. Toni me solía llevar a la simplicidad, a la zona de confort habitual, a la orquestación orgánica. He aprendido mucho de ellos dos”.
El resultado es que el álbum ‘Andrés Suárez‘ combina un lado musical con bases electrónicas potentes y por la otra cara sobresale un sonido con piano de cola, contrabajo y percusión. Este disco es todo y, al mismo tiempo, producto del trabajo de colaboración entre el músico y sus productores, todos con la vista puesta en un objetivo: mejorar la obra paso a paso, conseguir un disco redondo en todos los sentidos.