Ese es el caso de Anabel Pantoja, que en el último Sábado Deluxe aprovechó para confesar su adicción a los somníferos y a los ansiolíticos, con los que lleva conviviendo diez años.
«Tengo que cuidar mi salud, tengo que salir fuera y empezar a mirarme a mí. Tengo que empezar con un problema grave que tengo», declaraba la prima de Kiko Rivera.
Para bien o para mal (más bien para lo segundo), ésta es una frase que a día de hoy la mayoría de personas han escuchado en su entorno, pero siempre de manera privada.
El testimonio de Anabel Pantoja es valiente y necesario, pues a parte de que aceptar el problema es parte de la solución, puede ayudar a otra gente a dar el paso de curarse.
Así se liberaba con Jorge Javier Vázquez: «Llega la noche y tengo que recurrir a las pastillas para dormir porque no concilio el sueño de ninguna manera».
A partir de hoy, una nueva era se abre para la sobrina de la Pantoja, con el apoyo incondicional de su prometido Omar Suárez, con el cual se casará, si la pandemia no lo prohibe, en 2021.