Con una amplia carrera televisiva a sus espaldas, Ana Obregón cierra el año más duro de su vida (y de la de muchos españoles) en los balcones de la Puerta del Sol junto a Anne Igartiburu. La actriz se pone al frente de las Campanadas de TVE por cuarta vez y estos días ha querido recordar cómo fueron sus otras inmersiones en esta aventura.
«Aquí os dejo algunos momentos inolvidables retransmitiendo las Campanadas«, expresaba esta junto a un vídeo en el que recopila las noche de fin de año de 1994 y 1995 en las que estuvo acompañada por Joaquín Prat y Ramón García, respectivamente.
Ambas ocasiones están protagonizadas por la celebración, la fiesta y ambientadas con el bullicio de la gente que se encontraba presente en la plaza más transitada de Madrid. En su primera vez ante esta aventura televisiva Ana Obregónse enfrentó a un reto más complicado que tener que recordar a millones de españoles cómo se diferencian los cuartos de las campanadas, y es el inconveniente del viento que hizo esa noche.
«Casi salgo volando por el balcón«, recuerda la actriz. Lo que sí que salió volando un año más tarde fue la capa de Ramón García que ella misma se dejó caer. «Aún la sigue buscando«, añade.
Momentos llenos de nostalgia para Ana Obregón, pero también para el resto de ciudadanos, que en estas imágenes vemos lo que este año sabemos que no será posible.
Un año difícil para todos, especialmente para Ana
El 2020 ha estado marcado por la pandemia, el distanciamiento social y el control de la circulación. Hemos visto limitadas nuestras libertades por seguir un bien común: protegernos ante el virus. Si bien era desconocido para todos, Ana Obregón se enfrentaba a algo que sí que conocemos bien, pero no lo suficiente como para ponerle fin: el cáncer.
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Su hijo Aless fallecía el pasado mayo a la edad de 27 años tras llevar varios luchando contra la enfermedad. Hace 16 años, cuando este no era más que un niño, su madre le saludaba desde la Puerta del Sol dando la entrada al 2005. «Me vais a permitir«, expresaba una eufórica Ana Obregón entonces. «Un beso muy fuerte a mi hijo Aless. Hijo, te echo mucho de menos«, añadía entre fuegos artificiales.