Comenzamos fuerte con la historia de una oyente que iba tanto de fiesta que la llegaron a preguntar si era accionista de la discoteca. Ella y su amiga se gastaban todo el dinero durante la noche, aunque tenían un truco para volver a casa: «Al ser las últimas, buscábamos en el suelo por si se había caído dinero».
En el suelo también acabó África después de insistir en ponerse un corpiño que le apretaba demasiado. Una «maravilla» de noche vivió, hasta que unas escaleras se cruzaron en su camino. «Al no poder doblar la espalda, no podía levantarme», comentaba poco antes de ser ayudada por dos hombres.