Puedes hacer caso de esta tabla y elegir qué actividad física realizar para conseguir adelgazar más fácilmente.
Pero si el deporte no entra dentro de tus planes, la respuesta está en esas mismas actividades que realizas todos los días, con las que puedes quemar calorías sin ser consciente. ¿Puede haber algo más cómodo? A partir de ahora, no tendrás que envidiar a esa vecina que tiene tiempo para salir a correr o ir a pilates. Mata dos pájaros de un tiro: cumple con tus obligaciones y cuida tu figura.
¿Sabías que….
Una caloría es en realidad una unidad de medida. La caloría mide la energía, es decir, la cantidad de energía que aporta un alimento. Por eso, cuando te dicen que algo contiene X calorías, es una manera de describir la cantidad de energía que podría recibir tu cuerpo al consumirlo.
El ejercicio es saludable, pero las horas del día no son suficientes para ti. Por lo tanto, ya que no puedes subir cuestas con tu bicicleta, sube las escaleras y dedica unos minutos más a tareas como las que, a continuación, te sugerimos. Eso sí, mantén lejos ese bollo de chocolate relleno de crema por el que pierdes el sentido. Nadie dijo que fuera fácil.
Podrás quemar 300 calorías por hora pasando un rato divertido con los más pequeños de la casa. Saltar, correr detrás de ellos o jugar al escondite con pasatiempos que no solo te ayudarán a hacer ejercicio, sino también a contagiarte de su alegría. ¿Puedes pedir más?
Si alargas tu estancia en el supermercado, puedes despedirte de 260 calorías por hora. Si te despistas con facilidad y tienes que dar vueltas al mismo pasillo, una y otra vez, para buscar los pepinillos, lo tienes fácil. Un consejo: comienza por los productos pesados, como el detergente o paquete de doce de leche. Será casi como levantar pesas.
Caminar con tu mascota te ayudará a quemar 300 calorías por hora. A paso lento. Si aceleras la marcha, puedes llegar a 480. Imagina si, además, añades otro paseo más al día. Todo son ventajas. Tú estarás en forma y tu perro se encontrará en su salsa.
Las tareas domésticas hacen sudar. Y, a veces, mucho. Por ejemplo, escurrir la fregona y pasarla por el piso son dos labores que suponen 330 calorías por hora. Piénsalo: tendrás la tarima como una patena y, además, te mantendrás en forma.
Puede que te estés preguntando: «¿Cómo puedo adelgazar en horizontal y con los ojos cerrados?» Pues no es una utopía. De hecho, durmiendo las ocho horas recomendadas, quemarás 480 calorías. Así que, en una cabezadita de una hora a media tarde, desecharás 60. Si, por algo, la siesta es uno de los mejores hábitos de los españoles.
Existen otras prácticas que hacemos por inercia, actividades en las que no habías reparado y que pasan desapercibidas, pero también colaboran en la causa. ¿Sabías que masticar chicle supone deshacerte de once calorías? No es mucho, pero solo tienes que mover la mandíbula. ¿Y qué me dices de los besos? Cada uno de ellos te puede ayudar a quemar entre tres y doce calorías. Depende, por supuesto, de la pasión que le pongas.
A ver la televisión le corresponden 50; y a coser, 150. Así que, ya sabes, ponte tu programa favorito mientras coses el bajo de los pantalones de tus hijos.