Isidro Montalvo sabe que su dakitú es infalible, sobre todo si al otro lado del teléfono se encuentra a una atrevida muy alarmada por su problema con algunas facturas.
Desde la compañía eléctrica avisan que debe pagar inmediatamente un supuesto suplemento que solicitó hace poco tiempo. Ella, que confiesa no estar suficientemente enterada, pide informarse antes con el dueño del piso.
Sin embargo, se va a encontrar con un inesperado dakitú que le va a romper todos los esquemas. «¿La quité? ¿La actitud?», comentaba casi desesperada por entender a Isidro Montalvo.
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Además, le tocaba pasar por todos los departamentos de la compañía, en los que curiosamente la voz era siempre la misma. Estaba ya tan confundida que tardó en darse cuenta de que todo formaba parte de una broma de su pareja.