Es importante eliminar cualquier resto de maquillaje e impurezas para que tu piel no se vea apagada
Pero ¿cuál es el mejor producto para hacerlo?
La leche desmaquilladora es un limpiador con textura densa, desmaquilla y además hidrata la piel mientras que el agua micelar es un desmaquillador de base líquida, que elimina los restos del maquillaje gracias a unas partículas llamadas micelas (son pequeñas partículas que eliminan la suciedad, los agentes contaminantes, el maquillaje y el sudor de la superficie de la piel), que atraen la suciedad.
La leche desmaquilladora es más aconsejable para pieles maduras o deshidratadas por su alto poder hidratante.
Mientras que el agua micelar va mejor para pieles mixtas y grasas y sobre todo sensibles, precisamente la comenzaron a usar las mujeres francesas en los años noventa para combatir los efectos del agua corriente de París.
No es un producto agresivo, por lo que es perfecto para pieles sensibles. Limpia en profundidad, evita la irritación y dejando la piel nutrida.
Comenzó siendo un producto de culto entre modelos y expertas pero en los últimos años casi todas las marcas de cosmética han lanzado su versión de agua micelar.
Si eres de las que te maquillas mucho debes tener en cuenta que el agua micelar no desmaquilla totalmente, sino que quita la grasa propia de la piel y el resto de suciedad que vamos acumulando durante el día.
El agua micelar no irrita, al evitar el contacto con el agua corriente se evita la irritación que este puede conllevar.
No necesitas usar ningún producto más, siempre que la uses bien. Es suficiente para arrastrar cualquier tipo de maquillaje e impurezas. Completa los tres pasos: limpia, tonifica e hidrata, por lo que si la usamos podemos prescindir del tónico, siempre que la que escojamos tenga propiedades tonificantes.
Es muy fácil de utilizar, simplemente hay que aplicarla con pequeños toquecitos con un algodón, sin arrastrar.
Además no es nada corrosiva por lo que puede usarse en zonas sensibles cómo el contorno de ojos, los ojos y los labios.
Hasta las pieles muy sensibles la toleran, por eso es muy recomendable para personas con algún problema de sensibilidad en la piel.
Equilibra el ph e hidratan la piel, limpiándola en profundidad además de hidratarla.
Libera la piel de impurezas cómo el sudor y el agua del mar, además de refrescar la piel, por lo que es perfecta para utilizar después del gimnasio o de un día en el mar.
No deja restos de grasa en la piel, ni deja la piel tirante, además de facilitar la penetración de productos de tratamiento posteriores.
La leche limpiadora no sólo desmaquilla sino que también limpia la piel en profundidad de restos de polvo, suciedad y polución que vamos acumulando a lo largo del día.
Es decir es un producto que debemos usar independientemente de que estemos maquilladas o no para eliminar precisamente este tipo de impurezas que dan un aspecto apagado a nuestra piel.
La leche limpiadora es perfecta para pieles secas y deshidratadas ya que contiene propiedades hidratantes además de limpiadoras y limpia en profundidad la piel.
No debes usarla si tu piel es grasa o con tendencia acneica.
Su uso es muy sencillo, se aplica una almendra de producto en la mano, se calienta y se extiende por el rostro con movimientos circulares.
La leche absorbe la suciedad que se retira con una toalla o algodón, aunque también podemos aclararla con agua, quedando así la piel mucho más hidratada.