Paga quién recibe la llamada, no el que llama. Es decir. Si llamas a un número que empieza por 900 o por 800, te saldrá gratis.
Cuando marcas un 901 pagas una parte de la llamada (normalmente lo mismo que te costaría una llamada local) y el propietario del número paga el resto.
Estos números son empleados de forma habitual por las administraciones públicas y su precio depende del operador. ¡Cuidado, no llames desde un móvil porque se dispara la llamada! El coste puede dispararse hasta multiplicarse por seis.
Si marcas un 902 pagas tú el coste íntegro de la llamada.
Es la numeración habitual en los servicios de atención al cliente (aunque las compañías de gas luz están obligadas a tener un número gratuito).
Si llamas desde un fijo, el coste es similar al de una llamada interprovincial.
El problema es que el gasto crece si marcas desde un móvil: estas llamadas no están incluidas en las tarifas planas y suelen durar mucho (primero te ponen en espera, luego hay que explicar la queja…).
El precio de una llamada de 5 minutos desde un fijo de Movistar es de 0,56 euros, pero desde un móvil salta a 2,82 euros.
Hay números pensados para prestar un servicio durante la llamada, por lo que su precio suele ser muy elevado: una parte de este beneficio es para la compañía telefónica y otra para la empresa que presta el servicio.
El tipo de servicio está definido por las 3 primeras cifras:
803: servicios para adultos.
806: entretenimiento (tarot, juegos…).
807: servicios profesionales (médicos, asesoría…).
905: televoto (se paga un importe fijo por llamada).
Pero lo que más te interesa es la cuarta cifra del número: cuanto más alta sea, más pagarás.
Si la cuarta cifra es superior a 6, el usuario tiene que haber autorizado en su compañía telefónica este tipo de servicios muy caros.
Como siempre, llamar desde un móvil será aún más caro, pero en estos números la diferencia no es tan grande como en los 901 o 902.
Estos números se usan como «guía telefónica». Sin embargo, tienen un precio muy elevado. ¡Cuidado, no los utilices!