Normalmente, cuando hablamos con una persona amante de los gatos, ésta siempre suele decir «están incomprendidos, pueden ser muy cariñosos si sabes cómo tratarlos».
¿Es realmente cierta esta afirmación? Parece ser que sí. Existen trucos para hacer que tu gato y tú estrechéis vuestro vínculo afectivo.
¡Menos arañazos y más ronroneos!
Cada dueño o dueña es libre de coger al gato que más le plazca, no obstante hay razas que son más propensas a ser cariñosas que otras.
Aquí van algunas: Maine Coon, la Ragdoll o la Persa, siendo esta última de las más comunes en nuestro país.
Cuando llegue a casa las primeras semanas, no le presiones. Los gatos necesitan más tiempo que los perros para adaptarse a su nuevo hogar.
Así que por lo que más quieras, ten paciencia con ellos. Cualquier movimiento brusco podría alejarle más de tus objetivos.
Una de las formas más efectivas de crear lazos afectivos con las mascotas llega a través de los juegos.
Hazle partícipe de tu ocio y matarás dos pájaros de un tiro: aprenderá a controlar su fuerza y te buscará con más regularidad.
Al contrario que los perros, que siempre acaban viniendo a ti, los gatos son animales más independientes y necesitan que se acerquen a ellos para acabar devolviendo el cariño recibido.
Dales amor, llévalos junto a ti, acaríciales y repitiendo el proceso, acabarán siendo amigos muy cariñosos.
Los gatos son muy rencorosos. Mientras que a los perros se les puede dar en la cabecita cuando hacen algo mal sin perder el cariño, con los felinos es distinto.
Para educarles, fomenta mejor el refuerzo positivo.