Las primeras citas son un rompecabezas en muchos aspectos. Qué ropa ponerse, qué actitud tener, qué temas de conversación abordar… Los nervios o la falta de práctica pueden jugar malas pasadas en un encuentro amoroso y hay asuntos que es mejor no tocar si aspiramos a no espantar a esa persona especial a las primeras de cambio. Pero… ¿cuáles son esos temas tabú?
Aunque parezca una pregunta inofensiva, dice mucho más de lo que crees. Si hablas de niños en una cita, de algún modo se sobreentiende que estás pensando en formar una familia.
Esto puede incomodar y alejar a tu posible pareja ya que no todas las personas tienen esa percepción ni de su futuro ni del tipo de relación que buscan.
En vez de jugártela con esa pregunta, puedes reformularla de esta manera: «¿Dónde te ves dentro de unos años?»
¿Cuánto dinero ganas?
El dinero da estabilidad y proporciona una mayor calidad de vida cuando se tiene, sí, es evidente. Pero cuando acabamos de conocer a alguien no podemos interesarnos por ese asunto ya que nos pueden colgar precisamente ese cartel, el de interesado/a.
«¿A qué te dedicas?» o «¿Cuáles son tus ambiciones?» son preguntas mucho máselegantes y abiertas que sin duda aportarán mucha másrelevancia y profundidad a la conversación.
Mantén la confianza durante el encuentro y espera a que tu acompañante te lance algún piropo, si es que no lo has hecho tú antes para probar sus reflejos, claro.
¿Con cuántas personas has estado?
Sin duda una de las preguntas más incómodas y anti climáticas que existen. Todos tenemos nuestro currículum amoroso pero en la primera cita es mejor no indagar en él si no queremos caer en comparaciones odiosas e irrelevantes.
Al final tienes que pensar en lo siguiente. Si has accedido a conocer a un nuevo alguien es para dejar atrás el pasado. Disfruta el momento y construye una relación sana, desde cero, sin celos ni posesiones innecesarias.
Por ejemplo «¿Qué es lo que más valoras en una persona?» es una mejor opción en este terreno, pudiendo averiguar más pistas sobre sus gustos personales.
¿Quién paga?
Llega el final del encuentro y parece que hemos evitado todas las trampas que ponían en riesgo el interés de la otra persona.
De repente traen la cuenta a la mesa y sobre nuestra cabeza aterriza la famosa pregunta: ¿Quién va a pagar?
Históricamente, los hombres suelen invitar en la primera cita pero los tiempos cambian y es mejor ofrecer la opción de pagar a medias.
De este modo resaltamos la idea de equipo en la relación y nos mostramos como personas independientes económicamente.
Qué, ¿hacemos un pequeño repaso? Para triunfar en la primera cita, recuerda: ni niños, ni dinero, ni pasado. Remover esos tres temas puede traer muchos malentendidos.
Concéntrate en el presente y abraza la experiencia dando espacio y seguridad. Y a disfrutar.
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