Los Beckham, los West, Julia Roberts y su marido… son algunos ejemplos de parejas famosas que, a pesar de quererse mucho, deciden vivir en espacios distintos durante la semana, oxigenando la relación.
Y es que cuando dicen que la convivencia mata el amor, no es una opinión en caliente, sino un hecho casi científico.
Por eso hoy os hablaremos de cinco relaciones en las que la distancia se convirtió en el mejor aliado posible.
Además de repartir su vida personal y profesional gracias a las residencias en EEUU y Reino Unido, cuando coinciden en alguna de las casas, los Beckham tienen tres diferentes áreas: la de él, la de ella y la familiar, donde juegan con sus hijos.
Esto les proporciona oxígeno en la convivencia matrimonial desde 1998, año de su boda.
Si bien es cierto que disponen de una residencia conjunta, Julia y Danny viven separados. Con el paso del tiempo, Moder acabó comprando una pequeña propiedad cercana a la vivienda, donde pasa gran parte de los días.
No obstante, siempre saca un rato diario para visitar a su mujer y a sus hijos.
Tras más de 20 años de matrimonio, que se dice pronto, Sarah y Matthew han vivido largos periodos de separación debido a sus profesiones, lo que les ha ayudado a echarse de menos y vivir reencuentros amorosos, proporcionando estabilidad a la pareja.
Durante el primer año de matrimonio, esta pareja estableció un horario semanal especial: 4 días en pareja y 3 separados. Con esto, consiguieron asentar unas buenas bases de comunicación y respeto hasta que se mudaron juntos.
En este caso, no se puede hablar de vivir separados como tal, pues tanto Kim como Kanye viven bajo el mismo techo, con sus hijas.
No obstante, duermen en habitaciones separadas. Esto se debe a que ambos necesitan mucho espacio para toda su ropa y de este modo, evitan molestarse durante el día a día.