La berenjena es una maravilla, nutricionalmente hablando. Contiene Vitamina A, B1, B2, C, ácido fólico, que ayuda a reforzar el sistema inmunológico y mejorar la resistencia de enfermedades.
Posee en abundancia minerales como el potasio, calcio, magnesio, hierro y fósforo, lo que ayuda a prevenir la artritis, osteoporosis y enfermedades del corazón. Su piel contiene nasunina, un antioxidante que sólo posee esta hortaliza que se encarga de retardar el envejecimiento.
Y, muy importante, es baja en calorías -solo 38 por 100 gramos-.
Rellenas, al horno, a la parrilla o en un pastel… Si la berenjena te parecía una verdura aburrida, este vídeo con 10 riquísimas recetas te hará cambiar de idea.
¡Dale al play! luego te contamos más de este versátil vegetal.
Si no deseas formar parte de ese 50% de la población que no come verduras, apunta estas seis recomendaciones que te harán más llevadero este hábito obligatorio. Y, ya sabes, aquello de «del amor al odio hay un paso» funciona a veces a la inversa.
1. Camuflarla en batidos
Plátano, arándanos y melocotón. El cóctel suena delicioso, ¿verdad? Ya solo necesitas un poco de azúcar, leche y la batidora. Añade unas hojas de espinaca ¡y listo!
2. Preparar falsas patatas fritas
Con rodajas finas de calabacín o berenjena. Ya, sabemos que estás pensando que esto no le viene bien a tu dieta. El plan B se llama «horno». Si introduces estas láminas en la bandeja junto a una manzana partida de manera muy fina, obtendrás un tentempié ideal para picar y no engordar.
3. Hornear pinchos morunos con pollo o pavo
Trocea pimientos de todos los colores y cebolla. Introduce las piezas en la brocheta, intercalándolas con dados de pollo o pavo, una carne sana donde las haya. Una especia por aquí, otra especia por allá y ya tienes tu plato mágico.
4. Añadirla a una masa de pizza casera
No importa lo que lleve, la pizza siempre está rica. Y puede ser saludable si optas por una pizza vegetariana en lugar de una cuatro quesos con doble ración de panceta
5. Cocina espaguetis de calabacín
Mételo entero en el horno. Cuando esté listo, córtalo en tiras largas y finas. Verás que su aspecto es parecido al de los espaguetis. Si los mezclas con tu salsa de siempre, ni notarás que lo que comes no es pasta…
No hace falta que te exijas demasiado, pero debes comprometerte a tomar, como mínimo, una ensalada al día. Comas lo que comas, incorpora tres vegetales (por ejemplo, la zanahoria, el apio o la lechuga) para acompañar tus platos.
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