Algunas amistades son como esas setas rojas con puntitos blancos: agradables a primera vista, pero venenosas. En ocasiones nos embaucan con su palabrería y creemos haber encontrado un tesoro. Somos ratones cayendo en la trampa, motivados por el irresistible aroma de un quesito que creíamos nuestro.
Pues sí, parece más fácil conseguir la porción marrón del Trivial que un amigo verdadero. No hay que desistir. Eso sí, antes de nada, deberías hacer limpieza y tachar de tu lista a algunas de esas personas poco recomendables. Individuos que emanan más toxicidad que un laboratorio químico. Aléjate ya de aquellos que solo te aportan negatividad y disgustos.
Protesta por todo. ¿Que propones ir al cine a ver la última de Almodóvar? Ninguno de los cinco horarios le vienen bien. ¿Que le invitas a comer una hamburguesa? Te dirá que de eso nada, «¿no ves que engorda?». Quizá no te habías dado cuenta, pero resulta odioso, ¿no? Esa insatisfacción continua bloquea tus buenas vibraciones.
Tú ya eres consciente de que has ganado peso. ¡No hace falta que te lo repita cada segundo! Te has mirado al espejo esta mañana. Para tu desgracia, ese grano del tamaño de Cuenca no se ha esfumado de tu nariz, ¿es necesario que te haga una foto y se burle de ti enviándola a vuestro grupo de amigos?
Se hace pis cada vez que termináis la consumición. Al día siguiente, se le olvida la cartera. Sí, paga una de cada cinco veces, justamente esa en la que en lugar de una copa, pides un café. Todavía te debe esos 80 euros que le prestaste en 2008. Y, asúmelo, ya no volverás a ver aquel libro que le dejaste. Tiene razón tu madre, es que de bueno eres tonto.
Hace lo que quiere de ti, te hipnotiza como una serpiente. Comes de su mano, así que te costará darte cuenta de sus tejemanejes. ¿Alguna vez le has llevado la contraria? Si la respuesta es no, deberías reflexionar y lanzar esta amistad a la papelera.
Tú no paras de lanzarle flores, pero él te critica con medio barrio. ¿Te pitan los oídos continuamente? Haz el favor de sacarte los puñales de la espalda. Que no te engañe su falsa sonrisa y ese «cariño» que te dedica para terminar cada frase.
No aparece en todo el verano. Ha estado muy liado, sí. De repente, contesta todos tus mensajes y le da «me gusta» a todas tus fotos en las redes sociales. ¿No ves que busca algo? Piénsalo. Quizá quiere trabajar en tu empresa y necesita tu ayuda. Tal vez se ha quedado sin coche y quiere que le lleves a Barcelona.
Ese pantalón te sienta de vicio, pero te dirá que pareces un payaso. Siente celos de todo tu ser. De tu guapura, tu simpatía, tu inteligencia… Este tipo de amigos, cuanto más lejos, mejor.
Te quiere solo para él. No acepta que tengas otros colegas o que tus obligaciones no te permitan disfrutar de su compañía las 24 horas del día. ¡Ni que fuera tu guardaespaldas!
Si deshacerte de él te parece exagerado, al menos párale los pies. No permitas que critique a otros en tu presencia y no alimentes su negatividad. A veces, ignorar es el mejor plan. Tampoco está de más admirar un poquito menos y ser más realista.
El que critica, el que envidia, el que nunca está… ¿Qué tipos de amigos tóxicos tienes?
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