¡Pon atención a las pautas dadas!
Podemos dar un ejemplo de una situación imaginaria para poder explicar lo que suele ocurrir. Nos metemos en la piel de una familia que tiene dos hijos y están todo el día peleándose, es común que los padres, después del trabajo, no puedan más.
Al final, entre una cosa y otra la pareja se contesta mal mutuamente por culpa del cansancio y sube la intensidad de la discusión hasta niveles inadecuados.
Los peques se quedan callados y con los ojos muy abiertos al presenciar dicha situación. Si se da muchas veces, comenzarán a pensar que los padres podrían llegar a separarse y se sentirán culpables ellos.
¿Cómo solucionarlo? La reconciliación es muy importante. Cada vez que haya un conflicto, ellos deben ver que los padres se piden perdón en persona, para que se queden tranquilos.
Ellos creen que son discusiones definitivas, que nunca se solucionará, pero esa no es la realidad.
De vez en cuando las parejas se pelean, pero luego se vuelven a juntar.
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