En plena era tecnológica, el consumo de los teléfonos móviles empieza a ser abusivo. Por esa razón, Rocío Ramos-Paul da las claves que va a servirnos a los adultos y, sobre todo, a nuestros propios hijos.
Hay un punto básico en la educación de los más pequeños y es que aprenden mediante la imitación. Ellos harán lo que te vean hacer a ti. Por tanto, si te ven pegado al móvil las 24 horas del día, es muy probable que ellos hagan lo mismo pero con una edad excesivamente joven.
Además, una de las mayores quejas de los padres y madres es su falta de atención, siendo esto consecuencia de nuestras propias acciones. Porque si estás al móvil es imposible que atiendas al que está en frente, y jóvenes de 14 ó 15 años pierden cualquier tipo de educación con el resto.
Evita los móviles durante las comidas
Por esa razón, refuerza ideas que antes se practicaban. Practica los tiempos de ocio sin nada digital o no permitas el uso del teléfono móvil durante las comidas y cenas, momentos habituales en los que más tiempo tenéis para hablar y contaros qué tal ha ido el día.
Y, aunque parezca una tontería, apóyate en frases o acciones que respalden esa atención. Por ejemplo, di el «Te dejo que estoy con mi hijo» con él delante. Eso le hará ver que es la prioridad y que el teléfono móvil es algo secundario.
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