“Oficio noble y bizarro, entre todos el primero. Pues en la industria del barro, Dios fue el primer alfarero; y el hombre, el primer cacharro”.
No penséis que no nos ha hecho reflexionar, porque además de bonito, tiene un potente mensaje. Así que ya sabes, si conoces a un alfarero, mándale este azulejo y consigue alegrarle el día.
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