Las redes sociales han llegado a nuestra vida para quedarse, pero eso no quita que podamos tener presencia en ellas haciendo un buen uso de las mismas. Twitter, Facebook, Instagram… Son muchas las aplicaciones a las que diariamente accedemos para estar al día de las novedades de la gente a la que seguimos y compartir pedazos de nuestra vida con ellos.
No obstante, en algunas ocasiones se nos va la mano con la cantidad de información que ofrecemos sobre nosotros, y es que no hay que olvidar que Internet es una fuente de datos inmensa de la que alguien podría servirse para obrar contra nosotros.
No se te ocurriría compartir los datos de tu tarjeta de crédito, ¿verdad? Seguramente tampoco lo harías con la ubicación exacta de dónde vives. No obstante, hay muchas formas para que puedan llegar a tal información, y es a través de datos que compartimos inocentemente. Estos son algunos, ¡toma nota!
Añadir la ubicación a la publicación que compartes en redes sociales es una práctica muy común, pero no es de las más seguras. Y es que si bien quieres expresar a tus seguidores que estás o has estado en Roma, París, Londres o Madrid, a todos les estás dando también otro tipo de información: no estás en casa.
El problema es mayor con el uso de las historias de Instagram, en las cuales se comparte ubicación en tiempo real. Tampoco es recomendable compartir ubicación del lugar en el que vives o alrededores, ya que a quien quiera averiguarlo no le costará mucho dar con tu barrio o localidad.
Compartir imágenes de los billetes de avión o tren, o incluso de documentos de acceso a eventos, puede jugarnos una mala pasada, y es que a través de estos no sería muy difícil dar con nuestros datos. Estos no solo tienen un código con el que podrían copiarlo y dejarte fuera del viaje o evento, sino que además aportan datos muy personales, por ejemplo, nuestro número de DNI.
Puede que por trabajo tengas en tus redes sociales tu número de teléfono y tu correo electrónico disponible para que cualquiera pueda ponerse en contacto contigo. Sin embargo, esto podría jugarte una mala pasada, y es que a través del email podrían hacerte llegar un anuncio trampa en el que de manera inocente aceptes un virus que roba de tu ordenador tus datos personales. En el caso del número de teléfono, podrías comenzar a recibir llamadas indeseadas que de un momento a otro pueden incrementar tu factura.
En este mundo de las redes sociales es muy habitual también compartir pantallazos del móvil con tus seguidores, ya sea de una conversación de WhatsApp o de tu galería de fotos. Sin embargo, en esta se te pueden escapar detalles que otros se encargarán de apreciar. No serías el primero que comparte un pedazo de conversación de WhatsApp mostrando en ella información personal.
Esto también ocurre con las fotografías al ordenador. Puede que te apetezca realizar una fotografía creativa sobre tu escritorio ordenado y el trabajo o estudio en el que estás inmerso. Antes de hacerlo, comprueba que en la fotografía no aparece nada revelador. A tus seguidores no se les escapará una. ¿Acaso no eres tú observador con lo que comparten los demás?
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