Seguro que te han dado diversas explicaciones que intentan dar un toque sobrenatural a esto. Por ejemplo, que esta sensación sucede cuando nuestra alma intenta abandonar el cuerpo o se siente aturdida ante la presencia de fuerzas oscuras.
Por otro lado, los profesionales de la medicina nos hablan de un proceso fisiológico normal que se comparte, incluso, con otros animales.
A continuación, se barajan dos posibles opciones para entender por qué razón sentimos esa caída repentina cuando nos estamos quedando dormidos.
Durante el proceso de adormecimiento en nuestro cuerpo nos encontramos con diferentes fases, donde los músculos se relajan y la mente se desconecta de su consciente, hasta entrar en el mundo de los sueños. Mientras tanto nuestro cuerpo lleva a cabo diversas funciones, hasta que sentimos que una especie de descarga eléctrica interrumpe de forma momentánea el sueño.
De esta forma, pasamos a una especie de relajación intensa, ante la tensión imprevista. Normalmente, esto se produce cuando vivimos con estrés continuo durante el día y, por la noche, los músculos vuelven al estado de alerta. Es decir, ¡no dejamos de trabajar cuando dormimos!
Se calcula que este fenómeno afecta a 7 de cada 10 personas en algún momento de su vida y que puede ocurrir de forma aislada o repetitiva. Por lo tanto, no hablamos de situaciones con consecuencias dañinas para la salud ni se trata de una enfermedad extraña.
Habitualmente, las personas perdemos la lucidez cuando dormimos. Si la conciencia estuviese lúcida mientras el cuerpo duerme podríamos hablar de una experiencia fuera del cuerpo o un viaje astral.
Lo que ocurre es que nos quedamos flotando encima del cuerpo físico. Sería estupendo percatarnos de la experiencia y tener control de la experiencia, pero no es lo habitual, ¡qué pena!
Una de las principales hipótesis de esta separación natural del cuerpo astral del físico es que, cuando dormimos, lo hacemos para recargarnos de energía.
Por lo tanto, ¿estamos ante una experiencia paranormal? ¿Hay más misterio del que creemos? ¿Deberíamos aprender a manejar nuestras energías mejor? Estas preguntas tienen sus propias respuestas en función de nuestras creencias.
Cuando trabajamos las energías y desarrollamos un mejor control sobre estas, es posible tener cierto control sobre este tipo de experiencias.
La sensación de caer al vacío se denomina mioclonía del sueño. Aunque es algo natural, factores como la cafeína, ansiedad, cansancio y estrés contribuyen a la aparición de este trastorno benigno.
Esta sensación no se considera un sueño porque estamos inmersos en la fase REM, en la que se produce. Concretamente, esta experiencia surge en una parte llamada hipnagogia, el estado inicial del descanso.
Si esto nos ocurre de forma seguida, ¡no te asustes!, pero conviene acudir al médico. Tenemos que suponer que, algún tipo de desorden en el sueño, nos está gastando una broma. En muchos casos se puede solucionar con una dieta equilibrada, a base de frutas y verduras frescas.
Además, evita dormir justo después de hacer ejercicios fuertes porque necesitamos calmarnos o relajarnos totalmente para conseguir que ese salto al vacío no ocurra.
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